16 años ocultando las cuentas del despilfarro

Hay un dicho que el presidente Rómulo Betancourt citaba con frecuencia, se gún cuentan quienes bien lo conocían: Hay dos cosas imposibles de ocultar: el catarro y la riqueza. Una tos persistente no hay jarabe que la silencie y una riqueza mal habida asoma sus fauces en la Venezuela chavista en forma de relojes de 30.000 dólares en la muñeca de presidentes obreros; corbatas y zapatos Gucci portados por un simple diputado; los costosos catering pagados con recursos públicos desde una Casona ocupada por usurpadoras; la flota de camionetas de lujo alrededor del Parlamento del pueblo; cuentas de 12.000 millones de dólares en un banco suizo a nombre de altos funcionarios venezolanos; cuadras de caballos de raza en manos de quien fuera un escolta presidencial; o dueños de empresas de maletín que se han enriquecido saqueando las reservas internacionales. Los gobiernos de Chávez y de Maduro nunca han presentado cuentas de verdad al Parlamento y jamás la AN ha escudriñado críticamente en qué se despilfarraron los cientos de miles de millones de dólares ingresados a las arcas nacionales, que algunos expertos calculan cercanos a billón y medio de dólares en estos 16 años entre ingresos fiscales y petroleros.Por no investigar como es su deber la AN nunca interpeló a Rafael Ramírez, presidente de Pdvsa, ni siquiera cuando sus refinerías comenzaron a fallar e incendiarse por falta de mantenimiento, y los recursos de la industria se desviaron hacia una corrupción creciente, hasta llegar Pdvsa a convertirse en la ruina que es hoy. No pocos colegas que cubren la fuente parlamentaria cuentan que después de la Constituyente, a la AN jamás volvió a llegar una verdadera Memoria y Cuenta comprobable contablemente.Más de una vez el presidente y ministros presentaban un cartapacio con hojas en blanco, que simulaba la tal Memoria, sin que los periodistas tuvieran acceso a ella, salvo a los cuentos descritos oralmente por el mandatario.Cuando el Banco Central BCV perdió toda autonomía a través de prácticas como el millardito pedido por Chávez, que luego se convertiría en miles de millarditos asignados a numerosos fondos sin fondo que se gastaban a manos llenas sin control alguno y que terminaron por engullir los ingresos de Pdvsa que debían ir al BCV, se agudizó la ruina y la corrupción del país.Con el descontrolado frenesí dilapidador, comenzó la abierta censura de los medios privados y la hegemonía comunicacional, con el fin de ir ocultando el desbarajuste de...

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