Abrimos el portón y corrimos al cerro, dejamos todo botado

Alexis Márquez, damnificado del sector Las Trincheras de San Lorenzo, asimila con calma las consecuencias de la crecida del río Manzanares debido a las fuertes lluvias. El gobernador Enrique Maestre vino el sábado 25 y no el día de la inundación, el viernes 24, dijo el habitante del lugar fundado hace más de 150 años, mientras observaba las maquinarias del Gobierno que trabajaban para sacar el lodo y los escombros dejados por el paso del torrente. En las dos calles del poblado perteneciente a la parroquia San Lorenzo, sólo se escuchaba: ¡Cuidado!, te caes en el barro; dale comida a los muchachos. Mira cómo lo perdimos todo. La ayuda del Gobierno que se encarga de distribuir 256 toneladas de alimentos a los sectores de Las Trincheras, El Bejucal, Los Cedros y Cumanacoa parece no ser suficiente para los damnificados; además, no tienen una cocina para preparar la comida. El desbordamiento del Man zanares desplomó casi 45 casas en Las Trincheras, derrumbó el puente en Los Cedros; en Río San Juan, Bejucal y Arenas no había paso por la carretera, pero el miércoles 29 rehabilitaron el puente. Márquez relata que todos sabían que algún día se repetiría la inundación de 1981, cuando el río se metió por primera vez en los poblados de San Lorenzo, El Limonal y otros ubicados cerca de la cabecera del Turimiquire. El jueves 23 de agosto el Manzanares creció y se metió sólo un poco en los poblados de Montes, pero el viernes 24 ocurrió la tragedia. Alexis Márquez salió con su mujer, Judith Centeno; el primo Luis, que vino de Margarita con su hijo Hugo a pasar vacaciones en la casa de la tía Rosa Coronado. Anny se había encargado de recodarles a todos los vecinos que debían salir el viernes 24 antes de las 3:00 am para salvar sus vidas. Abrimos el portón y corrimos al cerro, dejamos todo botado. Estamos acostumbrados a las lluvias de agosto y septiembre de cada año, pero nunca pensamos que la cabecera del Turimiquire, que está a cuatro horas, se desbordaría, dijo el damnificado que ya fue censado por el Gobierno para que le adjudiquen una casa. Márquez dice que siempre pensó que ocurriría una tragedia. Luego de la inundación, su casa quedó totalmente bajo el lodo y las paredes se cayeron, el techo se agrietó totalmente. Ahora todos tienen que buscar a dónde ir porque estamos de vacaciones y cuando comiencen las clases empezará nuestra vida normal, pero esta casa no será más habitada. Nos iremos a vivir a la parte alta. En Las Trincheras hay dos iglesias...

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