Advertencia: la fiesta de fusiones y adquisiciones aún no empieza

Estamos en un nuevo mundo de fusiones y adquisiciones... eso espero. El correo electrónico proveniente de un banquero experimentado resume la combinación de expectativas racionales y meras ilusiones que se ha apoderado de quienes se ganan la vida concretando grandes acuerdos. Tras una bonanza, que incluye compras por más de US$ 40.000 millones anunciadas la semana pasada, Wall Street no para de hablar de una nueva ola de fusiones y adquisiciones. La recuperación de las econo mías, mercados de crédito más propensos a financiar estas transacciones y compañías con las arcas llenas de efectivo y en busca de crecimiento ciertamente sugieren eso. Pero ninguno de esos factores será suficiente para provocar un auge de las fusiones y adquisiciones a menos que las firmas de pri vate equity jueguen su papel. Las operaciones respaldadas por los fondos de private equity representaron en torno a un cuarto del total de fusiones y adquisiciones realizadas en Estados Unidos en 2006 y 2007, según Dealogic. Desde entonces, no han superado el 10%. La buena noticia es que el sec tor se alista para un remezón que podría traducirse en más acuerdos pero muchas menos firmas de private equity. Los grupos especializados en adquisiciones cumplen en los acuerdos el papel que los invitados más carismáticos desempeñan en una fiesta exitosa: llegan a la hora, traen dinero para comprar tragos y no tienen inconvenientes para entablar conversaciones con extraños. Así es cómo se desarrolla el ciclo de private equity. Las firmas recaudan dinero de dotaciones y fondos de pensiones, compran empresas muy baratas usando deuda y las reestructuran. A continuación, tratan de venderlas a un precio más alto en un plazo de cinco años, se quedan con una generosa porción de las ganancias, devuelven el resto a los inversionistas, les piden dinero para un nuevo fondo, y así sucesivamente. El boom del crédito que tuvo lugar entre 2005 y 2007 aceleró radicalmente esta tendencia. Conforme los bancos y los inversionistas se peleaban para financiar transacciones como la compra de la energética TXU Corp. por US$ 45.000 millones, las operaciones se volvieron más grandes y osadas. Las firmas de private equity recaudaron dinero para formar fondos incluso mayores. Entre 2006 y 2008, levantaron más de US$ 1,8 billones millones de millones, casi el triple que en los tres años anteriores, según la firma de mercado Preqin. La crisis financiera puso fin a esa racha. El consiguiente bajón económico castigó...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR