El asilo San Martín de Porres brinda refugio y apoyo a adultos mayores

Los 37 adultos mayores que viven en el asilo San Martín de Porres, en el barrio Las Brisas de Carabobo en Naguanagua, ahora comparten con 40 abuelos que van a pasar el día allí de 8:00 am a 4:00 pm, y en conjunto hacen actividades que los mantienen distraídos. Las 18 mujeres y 17 hombres que viven en ese albergue no tienen familiares. Sus necesidades son cubiertas todo el año en el asilo, dice César Parada, presidente de la Fundación Asilo San Martín de Porres. En el recinto, que una vez formó parte de la llamada Colonia Psiquiátrica de Bárbula, se están haciendo trabajos de refacción en dos pisos. Hay servicio de enfermería, camareros, alimentación y lavandería. Gracias a un convenio con la Universidad Arturo Michelena y la Universidad de Carabobo, los ancianos reciben fisioterapia. Pero el asilo requiere más recursos para ampliar su área de influencia. Quisieran ofrecer rehabilitación a los vecinos de la zona. Recibimos aportes de la Al caldía de Naguanagua que nos permiten mantener el personal, 26 empleados en total. Ahora tenemos programas nuevos con la gobernación. Se hizo una inversión de 800 millones de bolívares para remo delar la lavandería, áreas comunes, los techos y cocina, precisó Parada. Retribución. Parada relata que el programa Atención al Adulto Mayor Casa del Amigo del Gobierno regional permite recibir la visita diaria de ancianos, a los que se les brinda desayuno, almuerzo, merienda, recreación y sesiones de rehabilitación. Un transporte de la alcaldía lo recoge en sus residencias y los lleva al asilo. Tenemos convenios con las universidades Arturo Michelena, Universidad de Carabobo, José Antonio Páez y con tecnológicos del municipio dirigidos a mejorar la parte humana y física de los abuelos. Estas personas dieron todo por nuestro país, ahora tenemos que retribuirles de la mejor manera, afirmó. Malimai Montoya de Feo La Cruz, primera dama de Naguanagua, indicó que se ha hecho énfasis en la recuperación de la infraestructura del asilo y en buscar recursos para ampliar la oferta de atenciones a los adultos mayores. Comenzamos por los te chos porque tenían filtraciones, así como las tuberías y tanquillas, reparamos y pintamos las camas, mejoramos los baños. Aspiramos a que en corto plazo podamos aceptar más viejitos como residentes, porque la necesidad que tenemos en el municipio, donde hay 67 comunidades pobres, es alta, asegura. Los recursos son pocos; sin embargo, con la ayuda que recibimos de la alcaldía, la gobernación...

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