Bolivia regularizará 100.000 vehículos ilegales

Bolivia fijó hasta la medianoche de ayer el plazo para registrar cientos de miles de vehículos de segunda mano que entran al país de contrabando y sin documentación, conocidos popularmente como chutos, y que, de comprobarse que no fueron robados en sus países de origen, pasarían a ser nacionalizados en un plazo de hasta tres meses, previa inspección. Esta especie de amnistía, enmarcada dentro de la Ley de Saneamiento de Vehículos Indocumentados que fue aprobada el 27 de mayo, ha sido motivo de inquietud para Chile, Paraguay y Brasil, los vecinos que han resultado más afectados con las sustracciones en sus parques automotores que dan a parar a la nación altiplánica. Inclusive Santiago presentó la semana pasada una queja diplomática ante el Consulado de Bolivia expresando preocupación por que el marco legal multiplique la actividad. También los 14 militares bolivianos que fueron detenidos en Chile por haber traspasado la frontera, el 18 de junio, lo habrían hecho montados en dos chutos que habían sido reportados como desaparecidos. Con las crisis económicas de la década de los ochenta, Bolivia comenzó a resultar un mercado atractivo para el contrabando de segunda mano, en especial el de carros usados. Según el Instituto Boliviano de Comercio Exterior, los estratos sociales medios y bajos se benefician de los ínfimos precios en que se ofertan los carros, provenientes en gran parte de remates de grandes lotes en Estados Unidos y Asia, así co mo de robos en las naciones con las que Bolivia comparte frontera. El puerto chileno de Iquique, por ser zona franca, resulta el corredor geográfico por donde más transita la mercancía hacia su destino. Otra de las razones por las que los vecinos se mantienen atentos es por la presunta vinculación entre las mafias de los chutos y el narcotráfico. A mediados de junio, medios de comunicación chilenos informaron de la desarticulación por la policía de una banda que transaba los vehículos a cambio de droga en la frontera con Bolivia. En La Paz, en cambio, le sa len al paso a las versiones. Tenemos convenios...

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