El cementerio de los aviones muertos

  1. Esto ya no es un país, esto lo que es, es una catástrofe. Eso fue lo que dijo, palabras más palabras menos, poniéndose las manos en la cabeza, en un gesto teatral, la persona que me antecedía en la co la, cuando la funcionaria de la línea Santa Bárbara le informó, a las 8:30 de la mañana del martes 19 de agosto, que el vuelo S3 1340, con destino a Ciudad de Panamá, no saldría a las 11:30 de la mañana como estaba previsto sino a las 10:30 de la noche.Luego nos enteraríamos de que estos cambios son asunto de rutina y que, en menos de dos meses, era la segunda vez que a este hombre le ocurría lo mismo, en la misma ruta, perdiendo la conexión a Bogotá a donde viajaba vía Panamá, porque desde Caracas es cada vez más difícil casi imposible encontrar asientos en un vuelo directo a la capital colombiana.Así que mientras matábamos el tiempo, me dediqué a juguetear con la frase. Porque, efectivamente, con velocidad indetenible en estos últimos meses, nunca había sido tan veraz que alguien exclame, presa del desespero, que Venezuela ya no es un Estado Nación. Ni un país. Un gobierno. Ni siquiera como le gustaba decir a José Ignacio Cabrujas, una equivocación de la Historia, un campamento o un estacionamiento de gente. Porque esto, ahora sí, efectivamente hasta que logremos ponerle freno y cambiar de ruta, es básicamente una catástrofe. Una nación inviable. Una maquinaria loca fuera de control.2. Todo el que ha tenido en algún momento de su vida que ser viajero frecuente, sabe que un retraso o una sobreventa de boletos con sacrificio de pasajeros con reserva, puede ocurrir, incluso en los países más estrictos con las normas. Pero en Venezuela se han mezclado dos fenómenos: la reducción de aerolíneas extranjeras, vuelos y asientos, para llegar y salir del país, de una parte; y la reducción dramática del parque aéreo de las líneas locales, lo que ha hecho que la escasez de pasajes, los vuelos retrasados, suspendidos o postergados hasta por siete días, se haya vuelto la norma y no lo excepcional.¿La razón? La misma de una buena parte de nues tros males contemporáneos. El diferencial cambiario.De una parte, la negativa de las líneas internacionales, unas a seguir viajando a...

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