El chivo sabio

¿De dónde viene el perro callejero? ¿Por qué las hormigas están tan apuradas? Abro los ojos, veo el reloj. Son las dos de la mañana. Sigo soñando. Pido otro trago.¿Por qué la jirafa tiene el cue llo tan largo? ¿Por qué el hipopótamo es tan gordo? ¿Por qué los morrocoyes son lentos, conchudos, y tienen la mala costumbre de estar todo el día en camiseta e interiores jugando dominó dentro de su concha? ¿Esto es un sueño?... No, es la clase de literatura de mis profesores Digna de Rivas y Germán Flores.Pasaron años sin movernos de la barra y miles de enloquecidas hormigas van y vienen desesperadas porque temen perder el Metro que las llevará a un trabajo que no tienen.Los perros callejeros usan corbatas. Sobre uno de ellos, dos pulgas filósofas que estudiaron con Laureano Márquez, hacen conjeturas.-¿Habrá vida en otros perros? pregunta una de ellas.Unas jirafas sostienen un se máforo con la boca. La señora hipopótamo con sus hijitos, todos gorditos, toman Toddy en baldes amarillos. Uno de ellos le pregunta a su madre: Mamá, ¿qué hacemos si nos da hipo? Nada respondele pones pótamo y sigues siendo un hipopótamo.Entran dos cisnes, uno negro y otro blanco: -¡Por favor, dos fruit pun chs sin licor y unas fresitas dietéticas! -¡Ayyyyy....! -grita una cucara cha que cuida el baño y a quien le falta la patica principal.Una garza de patas largas que toma nota del pedido, susurra con sorna: -¡Cógeme ese trompo en la uña! La señora hipopótamo se le vanta de la mesa, paga la cuenta con billeticos de mortadela.Cuando sale a la calle tropieza con un mono borracho que le grita: ¡Ese culote!, sin poder mantener el equilibrio se acerca a mi mujer y le dice: ¿Qué le parecería a una hermosa dama como usted el amor de un mono?.¡Esta vez no es sueño! Ella be sa al mono. Le brinda un banana split, le agarra una mano tiernamente y embelesada se va con él mientras me dice: Lo siento, cariño, te dije que si no nos casábamos esto podría ocurrir.Entra un venado macho, me mira y pide un ron doble. Me ve llorar y me dice: No se preocupe amigo, que cacho no mata. Sigo llorando y le respondo: Lo que me duele es que se fue con un mono. El venado me mira, tiene los ojos aguarapados y con resignación replica: Dígame a mí, que me dejaron por un burro zurdo de ojos azules... -¡Ay! Ya empezaron con sus vulgaridades. Esto es un sueño machista susurran los...

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