Los conflictos del sur

Los hechos sobre los cuales informan los medios oficiosos y oficiales, así como las agencias internacionales de noticias parecieran ratificar lo que una vez afirmó Henry Kissinger en su condición de secretario de Estado del gobierno de Richard Nixon, que nada importante ocurre en el hemisferio sur del planeta. Quizás el ejemplo más estrambótico sea el canal internacional Telesur, que en contravía de lo que repite su eslogan Âel norte es el sur presta más atención y tiempo a una protesta de unos pocos centenares de indignados frente a un edificio de Wall Street en Nueva York que al conflicto de los presos de La Planta, en Caracas, y a las manifestaciones que se han sucedido en Bolivia en las últimas siete semanas. Por supuesto que no se trata de simple tontera o que se ejerza un periodismo disfuncional incapaz de distinguir los hechos noticiosos y jerarquizar con el debido rigor las informaciones, sino de la práctica de una manera de hacer política que se emparenta con la demagogia y con toda la irresponsabilidad que ella comprende. Es cierto que es noticiosamente pintoresco que dos millares de jóvenes tomen el centro de Madrid o de Barcelona y con lenguaje desenfadado la emprendan contra las políticas que limitan las posibilidades de empleos dignos y que reducen los beneficios sociales de la población en general; pero muchísimo más espacio deberían ocupar las gigantescas manifestaciones de las comunidades indígenas bolivianas que rechazan que un gobierno que se presenta como el primero de los descendientes de los habitantes originarios del país construya una carretera a través de territorios que se consideran sagrados y que causaría un ecocidio de grandes...

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