La criminología ensimismada

César Lombroso, el sabio padre de la Criminología Científica, a la que llamó Antropología Criminal, estampó la partida de nacimiento de su creación en el breve volumen que publicó en Milán el 15 de abril de 1876 y que tituló El hom bre delincuente , el cual en sus ediciones definitivas de 1884 y 1991, ya constituye una extensa obra de tres tomos.El caso es que Lombroso expu so en sus libros el haber desentrañado la naturaleza criminal, al considerar al delincuente un ser atávico así lo denomina cuyos rasgos anatómicos denuncian sus prácticas delictivas.Para esa respetable hipótesis, se puede utilizar una expresión figurada y bautizarla como doctrina criminal del ensimismamiento, a la cual corresponderían todas aquellas teorías que sostienen haber hallado la explicación causal de un fenómeno en esa misma internalización de su protagonista, que en dicha hipótesis lombrosiana es la internalización anatómica. Por eso digo ensimismarse, o sea, considerar que está sobre sí mismo la razón de ser de un fenómeno, que en nuestro caso es la conducta delictiva.Dicho ensimismamiento, o sea, la mismidad, el delito ensimisma do, es alimentado por otro factor determinante, como lo piensa otro criminólogo, también italiano, Nicolás Pende, quien se ensimisma, ya no en lo anatómico, sino en lo fisiológico, exactamente en las glándulas endocrinas y sus secreciones hormonales, y afirma que cada pecado, cada delito, mana...

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