Dar vida sin perderla

Luego de atravesar a pie, una intrincada selva en la Sierra de Perijá, al final de la tarde, una joven Yukpa, con fuertes contracciones de parto, llega al dispensario médico de Los Ángeles del Tukuko. Ella no tiene historia médica allí. Desconociendo los riesgos, nunca asistió a consulta. No habla bien español y al auscultarla por vez primera, sin poder hacerle ecosonograma ginecológico, por carecer del equipo, el médico descubre que está ante un parto complicado, que no podrá atender con éxito. Deben llevarla al hospital. No hay ambulancia. Salen en el vehículo de la misión religiosa de la zona, la paciente, el médico y un pariente Yukpa, que ayuda como intérprete. Veloces, recorren la oscura carretera que baja de la Sierra a La Villa del Rosario. No pueden avisar que van en camino porque el ambulatorio y esa aislada zona del Zulia, carecen de conexión. Llegan al Hospital demasiado tarde. La joven mujer muere en el parto; un niño queda huérfano. Ese es un drama reiterado en diversas zonas remotas de Venezuela y en áreas urbanas en pobreza, donde mueren embarazadas por diversas causas evitables asociadas al parto o al embarazo. Son muertes prevenibles. Muchas embarazadas desco nocen el imperativo de ir con regularidad, a control médico prenatal; ignoran los riesgos que corren y acuden por primera vez al médico al momento del parto. Muchas no pueden ser salvadas por carencias en los ambulatorios o porque el personal disponible, al momento del parto, no tiene suficientes conocimientos o experiencia. La ausencia o precariedad de servicios de salud, se unen al drama de mujeres demasiado jóvenes o demasiado desinformadas como para enfrentar exitosamente el embarazo. La mortalidad materna es un problema de salud pública en los países más pobres. Anualmente, en el mundo, 529.000 mujeres fallecen por causas asociadas al embarazo, parto o puerperio. Son 400 madres que mueren por cada 100.000 niños nacidos vivos. Casi todas ellas mueren en países como el nuestro, pobres o eternamente en vías de desarrollo. En Venezuela las estadísticas son difíciles de obtener o presentan disparidades numéricas, pero la permanencia o empeoramiento de este problema, es una tendencia que refle jan todas las fuentes. La tasa de mortalidad materna se ubica en unos 73 fallecimientos por cada 100.000 niños que nacen vivos, de acuerdo con la Red de Sociedades Científicas...

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