Denuncian daños ambientales por explotación de cantera

El caudal del río Naiguatá, que alguna vez fue atracción turística y lugar de recreación de locales, agoniza. Está transformado en un pequeño hilo de agua. En un recorrido de más de 3 kilómetros se observa que el lugar donde antes había una extensa vegetación quedó arrasado por la extracción de arena, piedra y polvo de mármol que se realiza en una cantera que funciona en la zona. Es un área desolada, llena de piedras y maquinaria.Jamás se hicieron encuen tros con la comunidad para debatir sobre la explotación de la montaña, y no imaginábamos que iban a depredar el ambiente de tal manera que cuatro comunidades Tigrillo, Anare, Cerro Grande y Naiguatá que se surten del río están amenazadas con quedar sin suministro de agua, denunció Gustavo Basalo, vocero del consejo comunal San Francisco.En el deslave de 1999 el río no causó muchos daños en la parroquia porque, según recuerdan los habitantes del sector, sólo quedó lodo en los sitios donde se desbordó, en comparación con otros lugares como El Rincón, Caraballeda y Marapa, donde el desastre fue mayor porque había canteras y muchas zonas estaban deforestadas. Señalan que debido a las intervenciones recientes, la situación es distinta. Con una lluvia que dure dos días no imaginamos qué podrá pasar con los sectores como San Antonio y la parte baja porque la piedra y roca serán arrasadas con el agua, dijo Basalo.Indican que la situación se complica porque el único di que construido después de la tragedia de 1999 fue cubierto para facilitar el tránsito de gandolas, por lo que no existen muros...

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