Los desafíos de la izquierda

Durante los últimos años, los venezolanos hemos sido testigos de una ficción: el régimen militarista de Hugo Chávez, siguiendo el diseño ideológico trazado en América Latina por Fidel Castro, se ha definido como un régimen de izquierda, un sistema de gobierno basado en los ideales del socialismo y, más específicamente, del así llamado marxismo-leninismo, cuyas relaciones con los despotismos asiáticos, recubierto por el ropaje del anti-imperialismo, son ampliamente conocidos. Esta asociación de presupo siciones, prejuicios y barruntos, que ciertamente han ido formando una suerte de costra místico-religiosa, ha terminado por estrechar los vínculos del régimen chavecista con el islamismo internacional, cuyas características coinciden con él, por lo menos, en tres aspectos fundamentales: 1 su concepción despótica del poder; 2 su convicción de que la sociedad civil, y más específicamente la del hombre privado, debe ser sustituida por la de la masa, el colectivo o el miliciano, dependiente directamente de el líder, del hombre iluminado y fuerte, al cual sólo cabe obedecer. Lo cual implica no sólo la destrucción de la propiedad privada --argumento que han derivado de una, si no mala, interesada lectura de Marx, es decir, ajustada a sus intereses-sino, además, la progresiva absorción de la sociedad civil por la sociedad política; 3 finalmente, y como consecuencia de los dos aspectos anteriores, la organización de una poderosa fuerza político-militar, necesaria para dar el golpe definitivo a la sociedad occidental, esta vez, desde el propio Occidente. Es, como puede verse, La granja de Orwell y el adiós a la democracia. Ya no se trata del poder civil organizado, ciudadano, el que impone su voluntad libre sobre el poder del statu quo, tal como lo concebía Marx, sino el Estado despótico, que impone todo su peso sobre la sociedad, hasta su liquidación definitiva. Se trata, pues, de un falso concepto, o para decirlo con Marx, de una falsa conciencia del significado de izquierda, radicalmente contradictorio con las ideas y valores del socialismo occidental, moderno, democrático. Un pensamiento de izquierda que se sustente sobre la filosofía de Marx --absolutamente irreconciliable con las formas totalitarias de gobierno-es, por definición, incompatible respecto de los prejuicios irracionales, o abiertamente religiosos, del llamado chavecismo, más cercano al fascismo o al nacionalsocialismo, al stalinismo o al maoísmo, que a la izquierda moderna. El...

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