El descontento con el cambio climático y la REDD

El comunicado oficial de la conferencia sobre el cambio climáti co celebrada en Cancún no puede disimular que, cuando el Protocolo de Kioto expire al final de 2012, no tendrá sucesor. Japón, entre otros países, ha retirado su apoyo a las gestiones para prorrogar, sencillamente, el tratado. Parece una mala noticia, porque significa que no habrá un precio internacional del carbono y, sin un precio de mercado, resulta difícil ver cómo se puede organizar eficientemente la reducción de las emisiones de carbono, pero las apariencias pueden engañar. Precisamente cuando el planteamiento vertical para abordar el cambio climático se está yendo a pique, está surgiendo un nuevo planteamiento a partir de la base y que ofrece mejores perspectivas de éxito que las engorrosas negociaciones de las Naciones Unidas. En lugar de un precio único del carbono, es probable que ese planteamiento a partir de la base produzca una multiplicidad de precios de las emisiones de carbono, lo que resulta más apropiado para la tarea de reducirlas que un precio único, porque hay una multiplicidad de sectores y métodos, cada uno de los cuales produce una curva de costos diferente. El precio de mercado de cualquier cosa siempre es igual al costo marginal. Cuando hay un precio único, todas las diversas curvas de costos quedan combinadas en una y los proyectos de bajo costo disfrutan de grandes réditos con lo que el de reducir las emisiones de carbono resulta mucho mayor de lo que debe ser. Así quedó ampliamente demostrado mediante el funcionamiento en la práctica del Protocolo de Kioto. El plan de transacciones de emisiones de carbono que estableció dio pie para muchos abusos. Por ejemplo, los países ex comunistas consiguieron créditos de emisiones con nulo costo por las industrias pesadas que habían de cerrar y obtuvieron beneficios inesperados vendiéndolos. Así, pues, la desaparición del Protocolo no será una gran pérdida. Lo mismo es aplicable a las prolongadas negociaciones entre las naciones en desarrollo y las desarrolladas. Las desarrolladas prometieron pagar reparaciones por sus pasados pecados en la cumbre de Río de Janeiro de 1992, pero siguieron aplazando sus obligaciones mediante la ne gociación. Entretanto, la situación cambió con el paso del tiempo: China, después de decenios de un crecimiento en auge, substituyó a Estados Unidos como mayor emisor. Las negociaciones han adquirido un aspecto cada vez más irreal. Actualmente, la disputa gira en torno a cómo cumplirán...

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