Desfile y mentira

Si de algo nos quiere convencer el Gobierno es que la Fuerza Armada garantiza mejor la soberanía nacional en la misma medida en que aumenta el gasto en la compra de armamento de origen ruso y chino. Mientras más millones de petrodólares se gasten en importar tanques, aviones, helicópteros, radares y misiles, más seguros y protegidos estaremos ante las amenazas que surjan desde el exterior. Nada más falso: hoy Venezuela no controla suficientemente sus fronteras y cuando trata de accionar para ejercer fuerza y presencia en los límites con Colombia, Brasil, Guyana o Trinidad, sale con las tablas en la cabeza. No existe frontera más permeable que la de Venezuela con Colombia, donde no solo los integrantes de la FAN son arrestados por impedir que la narcoguerrilla de las FARC y el ELN se pasee a sus anchas y se abastezcan y refugien en nuestro territorio, sino que corrientes oficialistas propician actos de paramilitares agrupados en las fuerzas bolivarianas de liberación.

Igual sucede en la frontera con Brasil, donde los garimpeiros practican la explotación de oro y diamantes. El caso de Guyana es para ponerse a llorar: el Esequibo dejó de ser un territorio protegido ante el empuje de las transnacionales y allí los brasileños mandan más que los guyaneses y los venezolanos. Ante Trinidad estamos de rodillas: nos quitan el gas, irrespetan las zonas de pesca en las bocas del Orinoco y nos regañan por la vía diplomática por la ineficiencia de la FAN para controlar el tráfico de drogas desde Guiria y la esclavización de mujeres desde el oriente del país.

¿Y qué hace nuestro máximo héroe bolivariano para...

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