Sin duda ni beneficio

Nada se parece más al imperialismo yanqui, ese al que se enfrentaron ingenuamente los mu chachos de 1928, que el gobierno revolucionario que manda en la Venezuela contemporánea; nada se asemeja más a los caprichos de Stalin durante los procesos de Moscú que las decisiones que se toman en la actual directiva de la Asamblea Nacional; nada es más parecido a la política informativa que impuso Joseph Goebbels en la Alemania nazi que la hegemonía comunicacional que instauró el Sistema Bolivariano de Información y Comunicación. No es simple coincidencia sino consecuencia de la manera de pensar de quienes detentan el poder desde 1999 y han colmado el país de injusticias, penurias y calamidades en el nombre del socialismo. Auxilio, Marx y todos tus intérpretes.Todavía los ingenuos suponen que la polarización exacerbada que distingue los tiempos que corren es el resultado de la falta de voluntad para dialogar y tratar de encontrar vías de entendimiento; de volver a la Venezuela en la que la gente conversaba, razonaba y llegaba a acuerdos trascendentales. No. Los que se hacen llamar bolivarianos no dialogan ni con sus iguales, sus compañeros de farra, franelita y gorra; ellos bajan la línea, la orden que se decidió arriba, en el cogollito que tanto criticaron en el segmento democrático del siglo pasado. Considerándose los dueños de la verdad y rechazando la posibilidad real de ser parte de la gran equivocación de la humanidad, del mayor fracaso de la historia, no sólo insisten en los viejos métodos, sino que ni...

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