¿Somos todos enemigos?

En las discusiones sobre la relación entre Estado y sociedad a comienzos del siglo XIX se establecía una polémica sobre la particularidad de lo político. Para algunos autores el Estado era cualitativamente diferente de la sociedad y expresaba algo más universal que la misma. Para otros el Estado con una constitución liberal era la realización y la expresión de la democracia; esto es, la sociedad en la que el poder deja de ser absoluto y se convierte en la participación de todos los ciudadanos en el manejo de las distintas esferas de la sociedad: la económica, la jurídica y la cultural. Este tipo de Estado es superior a la sociedad y por ello puede considerarse como una institución universal. Esto implica que el Estado, si bien es una organización más dentro de la sociedad, tiene un carácter específico y superior que las otras manifestaciones de lo social como la economía, la cultura y las otras instituciones societales.Carl Schmitt intenta, en las primeras décadas del siglo XX, acla rar la esencia de lo político. Para él, la superioridad del Estado respecto de la sociedad es un error. Insiste en que la determinación de lo político puede hacerse solamente mediante el descubrimiento y la fijación de las categorías políticas específicas.Con esto niega implícitamente la unidad de Estado y sociedad: lo político tiene sus criterios que se realizan independientemente de otras áreas del pensar y actuar humanos, especialmente lo ético-moral, lo estético y lo económico. Por ello, lo político debe derivarse de las diferencias hacia las cuales todo actuar político en su sentido específico debe diferenciarse de lo social en el sentido amplio. Supongamos que en el campo de lo moral las diferencias últimas son lo bueno y lo malo; en lo estético, lo bello y lo feo, y en lo económico, lo útil y lo nocivo. Entonces surge la cuestión de si aparte de estas diferencias existen otras que no son iguales ni análogas sino independientes y como tales específicos de lo político. La diferencia específicamente política por la cual hay que medir las actuaciones y motivos políticos es la diferencia de amigo y enemigo .Esta da la determinación de un concepto en el sentido de un criterio, no como definición completa o indicación del contenido. Como no está deducible de otros criterios se corresponde para lo político a los criterios relativamente autónomos de otras contradicciones: bueno y malo en lo moral, bello y feo en lo estético, etc., de todas maneras la diferencia es...

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