Esmeraldas un verde remanso en Ecuador

Cuando uno llega a Esmeraldas las retinas se impregnan de verde. No es una exageración decir que este territorio está dominado por el color de la esperanza. Esmeraldas es tan verde como la piedra preciosa a la que debe su nombre, y el turista que viene de la ciudad lo agradece. La dictadura cromática se de be a su exuberante vegetación. Esta característica convierte a la provincia en un destino principalmente ecoturístico, dada la diversidad de flora y fauna. No en vano, Esmeraldas se encuentra al noroeste de Ecuador, uno de los 17 países con mayor diversidad biológica en el mundo según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente. Un reto natural. Se necesitan unas botas de caucho, ropa cómoda y actitud aventurera para emprender una caminata por la Reserva Ecológica Costera, ubicada en el recinto Galeritas, cantón Muisne. Este recorrido pone a prueba la resistencia física y la capacidad mental de quienes deciden hacerlo; por eso, se recomienda realizar este trayecto sólo si se tiene buena condición física. El reto es caminar 1.100 metros dentro de la selva primaria para disfrutar de una vegetación exuberante y salvaje, en la que hay una gran diversidad de plantas y árboles como el matapalo, el guayacán, el caimito y el caucho, entre muchísimas otras. Un reposo refrescante y her moso se consigue en la cascada Aquí es Ecuador, con 10 metros de caída de agua y 2 piscinas naturales de gran profundidad. Los aventureros podrán disfrutar de un baño más que merecido en sus aguas cristalinas. Otro de los encantos de es te paseo se encuentra un poco más allá: un yacimiento de gas natural. El guía de la excursión, Juan Naula, ofrece un espectáculo memorable: acerca un fósforo al agua de un río poco profundo y hace aparecer una flamante llama. Allí está la evidencia del gas natural. Juan, cual moderno Prometeo, se roba el secreto del fuego para los turistas. El trayecto de regreso se hace en subida y más de uno puede tener la tentación de acostarse, exhausto, en el medio del camino y negarse a seguir. Sin embargo, hay que llegar a la cima. Cuando la alcance, el orgullo de saber que sí se pudo convierte la experiencia en un logro personal. Y, aunque no lo crea, provoca...

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