¿Estabilidad en puertas?

Una interesante diatriba se está produciendo entre los analistas de la actualidad china en torno a la evolución futura de la salud económica del gigante asiático. Cuando las ventas al detal se incrementaron en octubre pasado e igualmente crecieron los montos globales de la inversión y la producción industrial, fueron muchos los que se aventuraron a vaticinar que tras dos años de desaceleración la economía ya había tocado fondo y que en el Imperio del Medio estarían llegando a una nueva etapa de vigoroso redespegue. Otros son de la opinión de que estructuralmente el país ya ha dado todo el ancho en los años anteriores a la crisis de 2008 y que el frenazo de la dinámica económica que se ha estado experimentando está allí para quedarse. Con suerte este año cerrará con 8% de crecimiento y para estos analistas una buena cantidad de factores, como el envejecimiento natural de la población, presagian el mantenimiento de un plató de crecimiento estable, cercano a ese mismo 8%, resultado del impulso que inocule el gasto gubernamental y una política monetaria más flexible. Este crecimiento que se produjo en octubre sirvió a quienes dejan el gobierno para argumentar que gracias a su buen manejo económico es que el país se encuentra de nuevo en una senda de progreso. No deja de ser buena noticia que el producto industrial haya mostrado un crecimiento anual de 9,6% con respecto a 9,2% anual que se registró en septiembre. Y también hay razones para alegrarse con el repunte de las ventas al por mayor, las que pasaron de 14,2% en septiembre a 14,5% en octubre. También, como abreboca a los análisis del Congreso del Partido Comunista, la actual administración...

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