Frágiles y desequilibrados en 2012

Las perspectivas para la economía mundial en 2012 están claras, pe ro no son auspiciosas: recesión en Europa, crecimiento anémico en el mejor de los casos en Estados Unidos y una fuerte desaceleración en China y en la mayoría de las economías emergentes. Las asiáticas están expuestas a China. América Latina está expuesta a menores precios de materias primas. Europa Central y Oriental están expuestas a la eurozona. Y las turbulencias en el Medio Oriente están causando graves riesgos económicos a medida que sigue alto el riesgo geopolítico y los precios del petróleo limiten el crecimiento global. No hay duda de que habrá recesión en la eurozona. Si bien no es posible predecir su profundidad y duración, la constante contracción del crédito, los problemas de deuda soberana, la falta de competitividad y la austeridad fiscal implican una seria contracción económica. Estados Unidos afronta considerables riesgos a la baja debido a la crisis de la eurozona. También debe lidiar con un lastre fiscal significativo, el desapalancamiento en curso en el sector de los hogares, el aumento de la desigualdad y el estancamiento político. El Reino Unido se encuentra en caída doble, a medida que la carga frontal de la consolidación fiscal y la exposición a la eurozona socavan el crecimiento. En Japón, la recuperación posterremoto se diluye a medida que los débiles gobiernos se resisten a aplicar reformas estructurales. Mientras tanto, son cada vez más obvias las fallas en el modelo de crecimiento de China. El descenso de los precios inmobiliarios está detonando una reacción en cadena que tendrá un efecto negativo en las empresas de construcción, la inversión y los ingresos del Gobierno. En el ámbito de las políticas, Estados Unidos, Europa y Japón también han ido posponiendo las serias reformas económicas, fiscales y financieras que son necesarias para restablecer un crecimiento sostenible y equilibrado. Apenas ha comenzado un tímido desapalancamiento privado y del sector público en las economías avanzadas, con un todavía tenso balance de los hogares, bancos e instituciones financieras, y los gobiernos locales y centrales. Sólo ha mejorado el sector empresarial de alta calidad. Pero, con tantos y persistentes riesgos de consecuencias prolongadas y las incertidumbres mundiales que pesan sobre la demanda final, y con una sobrecapacidad que sigue siendo alta debido en el pasado a un exceso de inversión en el sector inmobiliario en muchos países y el aumento de la...

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