El gobierno de Chávez perdió el beneficio de la duda

Alfredo Ramos Jiménez llegó a Venezuela procedente de Ecuador hace 32 años. Escapaba de una dictadura que describe como abusiva y que dejó a los jóvenes profesionales sin trabajo, en referencia al triunvirato militar de Alfredo Poveda, Guillermo Durán y Luis Leoro. Se radicó en Mérida donde fue cofundador de la Escuela de Ciencia Política y del Instituto de Estudios Políticos de la Universidad de los Andes. Ha escrito una docena de libros como resultado de sus investigaciones sobre los partidos y modelos de gobierno de Latinoamérica, aunque admite que en los últimos años se ha dedicado a analizar el caso venezolano: El experimento bolivariano; La transición venezolana: aproximación al fenómeno Chávez y Venezuela en tiempos de la revolución bolivariana, este úl timo una recopilación de textos publicados en la Revista Venezolana de Ciencia Política entre 2000 y 2006, en imprenta actualmente. ¿Cómo es Venezuela en tiempos de revolución? Ilusionada. El país vivió una gran ilusión y estamos despertando de esa ilusión. La mayoría de los trabajos incluidos en esa recopilación se adelantaron al señalar la naturaleza de la oferta de Chávez y las frustraciones colectivas que vivimos hoy, porque la acción de gobierno no estuvo a la altura de las expectativas que despertó hace 12 años. Hoy se puede advertir que el gobierno de Chávez perdió el beneficio de la duda en la población. ¿Por qué? Porque el proyecto se distorsionó hasta volverse personal. El Presidente se empeñó en mantenerse en el poder y no se ocupó de cumplir sus promesas. En lo externo trató de comprar lealtades en Latinoamérica y en el mundo árabe; en lo interno vivimos un proceso de concentración del poder en el Ejecutivo, una suerte de gubernamentalización del Estado; es decir, de reducción del Estado al Gobierno y del Gobierno a una persona. ¿A una persona o a un partido? A una persona. El partido es un complemento, una extensión de la voluntad política del líder. Chávez se volvió más y más ambicioso, al punto de presentarse ante el mundo con una propuesta que pretende triunfar donde todos han fracasado: el socialismo real, un sistema que ni los cubanos defienden. El mar del fracaso. Durante la clausura del Sexto Congreso del Partido Comunista Cuba no, el presidente Raúl Castro introdujo elementos novedosos en el discurso revolucionario: acabó con los cargos públicos y partidistas de carácter vitalicio; prometió deslastrar al modelo económico de dogmas y criterios obsoletos y admitió...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR