El grito de Córdoba

El veto a la Ley de Educación Universitaria está dando la oportunidad a las comuni dades académicas que hacen vida activa dentro de las universidades a que, desde la pluralidad del pensamiento, logren generar propuestas que puedan reimpulsar la tan anhelada transformación universitaria, para dilucidar entre la universidad que tenemos, la que queremos y la que necesitamos, así como en el año 1918 el grito de Córdoba marcó una diferencia emblemática para Latinoamérica por lograr reformas en la autonomía universitaria y en el cogobierno de las universidades en algunos países, y que en Venezuela fueron incorporados en la ley de 1944, después de la muerte de Juan Vicente Gómez. Valdría la pena que en estos espacios de reflexión sobre la propuesta de esta ley se revisara y se incluyera desde los actores de las universidades para que quizás de esta manera nos acercáramos a lo que en otras latitudes se está llamando la universidad del siglo XXI y se tomaran en cuenta temáticas bajo la siguiente óptica: Autonomía que verdadera mente cumpla con los objetivos y las metas que garanticen la contribución de ésta al desarrollo del país. Que entre todos los miembros de la comunidad universitaria se cree una conciencia con pertinencia social para permitir dar aportes frente a problemas sociales. Mantener un clima laboral y profesional ético entre sus trabajadores, permanentemente estimulado con reivindicaciones acordes con realidades económicas y sociales. Asegurar el crecimiento, el desarrollo y la sustentabilidad de la universidad con la garantía de una gerencia transparente y ética, que permita que sus miembros hagan auditoría permanente. Propugnar el desarrollo sustentable para que la universidad se pueda autogestionar y no ser una carga en el presupuesto del país. Revisar todos aquellos programas e implementar los nuevos, buscar mecanismos de funcionamiento que aseguren el desarrollo de las capacidades humanas de los estudiantes, a fin de que sean estos un soporte del crecimiento del país. Garantizar que los proyectos y las investigaciones internas que se realicen a través de los centros de investigación generen ingresos para la autogestión universitaria...

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