La habilitante de Maduro

Nicolás Maduro lo notificó hace pocos días. Entramos en una nueva etapa del proceso.El pasado martes, de conformi dad con el artículo 104 del Reglamento de Interior y de Debates de la Asamblea Nacional, arrancó el plazo de diez días hábiles para que comience la discusión de la ley habilitante solicitada por Maduro. Un proyecto del que solo sabemos lo que anticipó el miércoles Rafael Ramírez. Nosotros tenemos un conjunto de leyes ya preparadas para la habilitante, que por supuesto no me corresponde a mí anunciarlas, sino al presidente Nicolás Maduro. Y lo que luego añadió, que se trata de derrotar al peor enemigo de Venezuela, el dólar paralelo, suerte de caballo de Troya de la guerra económica desatada por la burguesía para arrebatarle al pueblo su poder y su protagonismo. Secaremos las fuentes del dólar paralelo, advirtió Ramírez, y castigaremos los ilícitos que lo impulsan. Por último, el viernes este diario informaba que Cadivi excluirá de sus servicios a viajeros, estudiantes y casos especiales. De ellos se ocupará, en 2014, el nuevo mecanismo cambiario sobre el que sólo han circulado diversas y muy vagas conjeturas.Sin embargo, el dólar paralelo, o sea, el mercado negro donde se comercian con relativa impunidad divisas al margen de la ley, es el fruto podrido de una políti ca financiera mal diseñada y peor ejecutada, cuyo objetivo real no es que los inmensos ingresos generados por la industria petrolera sean utilizados racionalmente para satisfacer el desarrollo económico y social de la nación y el bienestar de los ciudadanos, sino la consecuencia natural e inevitable de una ideologización de la economía, cuya intención es la persecución implacable de propietarios y empresarios privados, los diabólicos enemigos del pueblo.Gracias a las obsesiones de Jor ge Giordani, la asfixiante crisis industrial y agraria ha transformado a Venezuela en un simple monoproductor de materias primas, el petróleo, y en importador de casi todo lo que consumimos, desde complejos artículos manufacturados hasta papel higiénico y productos alimenticios básicos.El ejemplo perfecto de una economía periférica y dependiente de los grandes centros de poder imperial. Por otra parte, el sueño expansionista de la revolución y el socialismo según la visión de Fidel Castro y de Hugo Chávez, su discípulo más aventajado, se ha adueñado de las divisas que produce Venezuela para financiar a países aliados o solidarios...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR