Para hablar bien de la oposición

Como ocurre cada vez que se presentan en algún lugar del planeta, las manifesta ciones masivas en Brasil y Turquía han elevado el volumen de las voces que en Venezuela reclaman un comportamiento similar de la oposición. Se alarman esos voceros por lo que entienden es pasividad criolla ante circunstancias que consideran peores que las reinantes en las sociedades donde en esta ocasión han florecido las protestas. Los comentarios al respecto suelen rematarse con alusiones infamantes a la falta de testículos de los varones de este país que, según se colige de las quejas, sí tienen los turcos y brasileños.Hay que ser comprensivos con la desesperación de muchos ciudadanos ante el terrible panorama que tenemos enfrente. Pero irrita la persistencia en el error de minimizar el esfuerzo realizado por la oposición y su liderazgo en su enfrentamiento con el chavismo.Para comenzar, no es verdad que la sociedad democrática venezolana haya sido pasiva ante el autoritarismo chavista.Por el contrario, tiene catorce años resistiendo, sola, con una notoria falta de solidaridad internacional. A lo largo de esa resistencia ha realizado manifestaciones públicas mayores y alcanzado objetivos de superior complejidad política que los de cualquier otra oposición democrática. Basta pensar un poco en lo que ha significado materializar la unidad a través del proceso de primarias, un hito alcanzado después de esfuerzos ciclópeos que nos pone mucho más allá del tumulto político.Quienes hoy se autoflagelan al mirar por televisión las manifestaciones de brasileños y turcos, y piden mayor contundencia, ¡ya!, al liderazgo, se olvidan de repasar dónde estaba antes la oposición, dónde está ahora y dónde puede estar en el futuro de continuar ejecutando el plan democrático: votar y organizarse. Interrogantes que hay que formularse para poder juzgar con justicia el caso.No se puede olvidar que en frente hay un adversario extraordinariamente fuerte y particularmente perverso: un régimen que cuenta con copiosos recursos, puestos todos al servicio del objetivo de mantenerse en el poder a como dé lugar, en especial los destinados a comprar apoyo internacional. Que aquí se lucha contra un constructo autoritario, inmoral y sofisticado que ha hecho suyos los métodos y las formas del sistema político más oprobioso en la historia moderna de América el de la Cuba de los hermanos Castro para aplastar a sus opositores.Para enfrentar a ese monstruo se cuenta, no por casualidad, con un...

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