Hace 40 años murió Pablo Neruda

Ricardo Eliécer Neftalí Reyes Basoalto murió el 23 de septiembre de 1973, doce días después del golpe de Estado de Augusto Pinochet contra Salvador Allende. Activista político, senador, miembro del Comité Central del Partido Comunista, precandidato a la presidencia y embajador en Francia, recibió el Premio Nobel de Literatura en 1971 y un Doctorado Honoris Causa por la Universidad de Oxford. Ningún poeta del hemisferio occidental de nuestro siglo admite comparación con él, escribió Harold Bloom.Neruda nació a la vida y la poesía en los años de auge y decadencia del modernismo, que había opuesto desde finales del siglo XIX un concepto aristocrático del arte a las cansadas realizaciones de los últimos románticos, servidores públicos de nacionalismos, liberalismos, costumbrismos y realismos.En esos momentos de crisis llegó a Santiago a comienzos de los años veinte y publicó sus primeros libros. El amor y la naturaleza se manifiestan en esos poemas a través de metáforas románticas. El sentimiento de soledad predominante anuncia, a pesar del uso de formas y motivos tradicionales, la agonía del modernismo. Neruda tiene los sentidos abiertos a una realidad no idealizada; ve las cosas y los asuntos con ojos cotidianos, fotográficos, con el oído, el tacto y el olfato en guardia ante el peso real del sonido que emite la pandereta de un mendigo ciego, ante el hierro, la ceniza, el yunque, los puentes de los ferrocarriles, el surco, los ár boles, las playas, el agua lluvia, el agua río, el agua mar, el agua lá grima y los gestos del cuerpo: el amor y el dolor de amar. El poeta fija las palabras en los pájaros, los insectos, los huevos de perdiz, la cicatriz en la cara de alguien, las tarjetas postales, el olor de la madera, el color de los copihues, el sabor de la carne de cordero, colocándose a buena distancia de la literatura rubendaríaca de entonces. Belleza y fealdad, nobleza y bellaquería se dan cita por igual en Crepus culario expresando el fluir de una vida hecha de inmediatez y vulgaridad. López Velarde, Vallejo y Eliot habían hecho otro tanto entonces, estableciendo nuevas voces y caminos a la poesía en Occidente.Más lejano del modernismo son Veinte poemas de amor y una canción desesperada 1924 donde la carne es cuerpo entero y geografía de caminos, montes y abismos. Una naturaleza animal preside su tono cuando equipara la mujer y la tierra, las estaciones del amor y las del año. El procedimiento esta vez da forma a los sentimientos colectivos...

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