El hambre azota en Caño Sawa

Caño Sawa es un pueblo de pescadores a la orilla de una de las playas más bellas y extensas del país. Un paraíso para el turismo de la subregión fronteriza del estado Zulia, a escasos 10 minutos del hito número 1 en Castillete, donde comienza Venezuela, a una hora y media de Maracaibo.Desde sus orillas se vislumbran las montañas de Colombia, al igual que un cementerio de embarcaciones y piezas de motores para lanchas completamente destartalados. Las lanchas se van quedando sin repuestos y se convierten en piezas inútiles para su propósito.En Caño Sawa la diversión de una centena de niños es corretear todo el día detrás de un balón, del que solo va quedando la tripa. Poco a poco se suman otros niños de la playa, algunos pelean de vez en cuando para darle patadas a la pelota; otros simplemente observan, sin energía.El balón fue un regalo del mar pa ra entretenerlos, dice Magalys Rosa López, mujer de rasgos indígenas de aproximadamente 55 años de edad, para referirse a la bola deforme y naranja que fue encontrada hace días flotando en el mar y que pasó de inmediato a convertirse en el principal pasatiempo de los jóvenes que no tienen nada más que hacer, pese a que están inscritos en las escuelas Fe y Alegría y Bolivariana de Paraguaipoa.En el pueblo han ido abandonando sus tareas de a poco durante los últimos meses, ante el auge del hambre y la miseria que se intensifica en sus casas a orillas del Caribe y a escasos metros de la frontera con Colombia.Sus padres sacrificaron el estudio de los niños porque cada vez disponen de menos recursos y tiempo para llevarlos. Abandonaron la pesca porque dejó de ser rentable y no puede competir con el contrabando y el bachaqueo.La necesidad, el hambre y la mise ria han obligado a buena parte de los habitantes a migrar a los supermercados de Maracaibo porque los establecimientos de las redes Mercal y Pdval en La Guajira han ido cerrando.El informe Zulia Bajo Excepción, elaborado por la Comisión para los Derechos Humanos del estado Zulia Codhez, afirma que se han recrudecido las precariedades que padecen los wayúu debido a que son escasas las opciones de establecimientos comerciales dedicados a la venta de alimentos y, por otro lado, porque desde que se decretó el estado de excepción en septiembre pasado el precio de los productos de primera necesidad aumentó drásticamente en los mercados de revendedores, la principal opción para los habitantes de La Guajira.La última vez que el Instituto Nacio nal de...

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