La incapacidad para gobernar

En el proceso referendario, en ocasión de la reelección para la Presidencia de la Re pública y otros cargos públicos, el tema del buen gobierno se deslizó en medio del debate y la justificación política e institucional. En aquel entonces, como hoy, sostuvimos con plena convicción la tesis siguiente: el problema no era ni es insertar dentro de la Constitución o dentro del marco legal venezolano la figura de la reelección continua porque el problema no es ese, la cuestión está básicamente ligada a lo que llamamos el ejercicio del buen gobierno, asociado a la capacidad o incapacidad de gobernar. En el fondo, tal planteamien to no tiene nada que ver con tratar de decretar automáticamente por vía de una resolución legal o por vía de la consulta popular para que quede formalmente expresado en la carta magna que un presidente, sea el actual mandatario o cualquier otro que así lo promueva, como lo demuestra la realidad latinoamericana, tiene garantizada así su gestión por varios períodos sucesivos. Sabido es que en gran medida el resultado electoral favorable puede estar condicionado y se traduce en una evaluación de la capacidad para gobernar. En gran parte, la gestión pú blica en las diferentes instituciones que integran el aparato administrativo del Estado y a través de las cuales se desarrollan las políticas públicas en sus diferentes manifestaciones, exige, requiere de resultados positivos, de prácticas de buen gobierno, sin las cuales no hay aval suficiente para que algún funcionario público en cargo de elección popular, alcalde, gobernador o presidente, efectivamente pueda concretar sus aspiraciones de ser reelegido. Por lo menos en teoría así lo consagra lo relativo al ejercicio democrático del poder. La capacidad de gobierno, entre otros factores, igualmente guarda relación con la necesidad de promover, impulsar, construir y fortalecer la sinergia en todos los ámbitos de una gestión orientada a la ejecución efectiva, eficiente y eficaz de las políticas que el Estado define en los diferentes sectores, tales como, educación, salud, vivienda, transporte, seguridad y orden...

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