JUAN PABLO está de vuelta

Dos perros reciben a los visitantes con entusiasmo en un amplio apartamento pintado de blanco y con vista parcial a El Ávila. Socio y Chobi que así se llaman los perros van a la cocina a seguir a su dueño, que se afana por organizar las compras del supermercado. "¿Podemos ir adelantando la entrevista mientras arreglo esto? Es que estoy muy atrasado", se excusa Juan Pablo Raba, como si uno pudiera hacer algo más al respecto que mirar la curiosa escena del protagonista de telenovela abriendo y cerrando la nevera y las gavetas de la cocina. "A mí me encanta hacer mercado", dice con una sonrisa, y aunque confiesa que no dispone de mucho tiempo para hacerlo, uno empieza a creer que, a veces, la perfección existe. Aunque sea por raticos y no sea de uno. Que exista, ya es un buen comienzo. Del bosque a la TV. Podría decirse que la niñez de Juan Pablo Raba fue muy privilegiada con respecto a otros niños de su edad y país. Criado entre Colombia y España, pudo conocer en este último lugar las libertades propias de un lugar bastante alejado de la violencia de su país natal: "En España vivíamos en la mitad del bosque, literalmente. Venía de estar encerrado en una vida de televisión, de ir sólo a casa de mis amigos, mientras que en España era todo distinto, era como llegar a la libertad. Mi papá me acostumbró a que mi mundo era afuera, a tener perro, casa en el árbol", explica Raba, a quien le quedó un gusto por los animales, el deporte y la vida al aire libre que conserva hasta hoy en día. Después de trabajar como barman, Dj y encargado de discoteca en España, y de sus idas a Colombia y Argentina, Raba finalmente se asienta en su país natal en donde comenzaría su carrera como actor en una telenovela llamada Amor en for- ma, en 1998: "Esa no la vio ni mi mamá, pero de vez en cuando la repiten". Dos telenovelas después, con una mayor presencia en pantalla y con una breve experiencia en teatro, aterrizaría en Venezuela para protagonizar Viva la Pepa, una telenovela de Valentina Párraga transmitida por RCTV en 2001. Ese fue el inicio de una productiva etapa para Raba, que él resume así: "Viva la Pepa no fue la teleno- vela que me consolidó, pero luego las cosas se fueron dando. En Venezuela me casé, me divorcié, hice amigos. Cuando hice Mi gorda bella, con Natalia Streignard, fue un fenómeno. Después de eso, me llaman de Colombia. Yo estaba divorciado, RCTV cerrado, sentía que no tenía nada qué hacer aquí". Ya instalado en Colombia, Raba no sólo se dedicó...

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