Lecciones para ser mamá

Mientras su avispada bebé de seis meses juega sobre un cojín, la mamá se seca una lágrima de orgullo. Andrea, una merideña de 23 años que hasta hace poco vivió sola en Caracas, está contando cómo ha tenido que criar a su hija Antonella en retadoras circunstancias, y ha venido hoy al grupo de apoyo postnatal de Buennacer a compartir sus vivencias en los breves pero intensos meses que lleva como mamá primeriza. La escuchan otras tres madres, un papá y una facilitadora que se reúnen con todo y su prole. Otra mamá confiesa cómo le impidió veladamente a su familia -con todo y manos limpias- que tocara a su bebé por miedo a que la enfermaran, y cómo se dio cuenta de que su temor era exagerado y tuvo que disculparse. A pesar de sus conmovedoras inseguridades, sólo se intuye un gran amor y muchas ganas de hacerlo bien. Para Claudy, madre de la pequeña Sarah, ésta es su salida favorita. "Cuando tienes un chamo tan pequeño, te lo piensas dos veces antes de ir a cualquier parte. Pasas las 24 horas pendiente de tu bebé, y como todo el mundo está en lo suyo y todos tus días se parecen mucho, a veces piensas que te vas a volver loca", se ríe. "Pero me encanta venir para acá con ella porque aprendo cosas y veo a otras mamás que se sienten como yo. Esto nos beneficia a las dos". Si bien muchas parejas se preparan básicamente para el parto, el mayor aluvión de dudas llega junto con el bebé. De allí que muchas primerizas se sienten abrumadas ante tamaña responsabilidad. Ante las críticas y los consejos no solicitados, la facilitadora Nany Jiménez les recomienda confiar primero en el propio instinto y aceptar la ayuda de quien sí las apoye. "Siempre va a haber gente que nos va a cuestionar, pero lo más importante es confiar más en nosotras mismas. Nuestros hijos perciben nuestra serenidad o angustia, y aunque sean muy chiquiticos, podemos hablar con ellos y decirles que los amamos". Curiosamente, en tres horas de conversación, estos niños tan pequeños -todos tienen menos de seis meses- no han llorado. Para su edad se ven ecuánimes, y sus mamás, a pesar de las inseguridades propias del cargo, se ven contentas. Algo están haciendo bien. "En mi familia todo el mundo tiene una hipótesis de lo que va a ser Sarah. Unos dicen que actriz; otros que va a ser miss o deportista. Yo me río y les respondo que mi hija va a ser muy feliz". Escuchar primero, intervenir después. En el salón de un club, tres mamás y dos de sus esposos se ponen al día con sus avances de la...

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