Loco por la tormenta

Ciertos libros, películas, obras de teatro, canciones tienen un poder extraño en cierto momen to: me recuerdan la relación que tuve con mi padre. Debe pasarle a mucha gente. Lo que me fascinaba de él. También lo que me alejaba de su personalidad.Eso he sentido al leer cada lí nea de un libro absolutamente absorbente: Pasión por el peligro, de Norman Ollestad Salamandra, 2011, que en inglés se llama Loco por la tormenta, es una me moria personal. Una de esas historias arrancadas de la vida por un narrador que después de haber vivido una experiencia dolorosa se repone y como el ave fénix resurge de las cenizas con una épica que sólo él puede contar de manera verdadera.Aquí tiene sentido relatar qué fue lo que le pasó a Norman Ollestad. Cuando tenía 11 años, se montó con su padre, la novia de su padre y un piloto en una avioneta Cessna, en el aeropuerto de Santa Mónica. Iban a Big Bear a recoger un trofeo de esquí y aprovecharían la excusa para entrenar. Era el 19 de febrero de 1979.Norman medía metro y medio y pesaba 38 kilos. E iba sentado al lado del piloto. Su padre silbaba una canción de Willie Nelson.Una tormenta los desvió de la ruta y la avioneta se estrelló contra la ladera norte de una de las montañas de San Gabriel, a 2.600 metros de altitud, en el parque natural Cucamonga.El piloto, el padre y la novia del padre murieron en el acto. Nueve horas más tarde Norman Ollestad fue encontrado con vida. Lo primero que pensó fue: Papá arreglará esto. Pero ya su progenitor no podía salvarlo. Tenía que resolver el problema sin otra ayuda que sus fuerzas. Entonces, descendió una pendiente de esquí extremo con zapatillas de tenis y una mano fracturada.La pregunta que cabe inmedia tamente se la han hecho muchos lectores: ¿cómo fue posible que un niño de 11 años sobreviviera al dolor, a la hipotermia, al impacto y un clima brutal de nieve y tormenta a esa altura? La respuesta se encuentra en Norman Ollestad Senior, un padre fascinante y al mismo tiempo agotador por el que su hijo sentía una relación afectiva ambivalente.Desde que nació el padre quiso que su hijo aprendiera a enfrentar las dificultades de la vida. La foto de tapa del libro es una joya que expresa el nivel de relación que tuvieron desde que Ollestad Junior vino al mundo. El padre está surfeando en 1968 en...

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