Maquiavelo y su patria inalcanzable

Patriota a destiempo, Nicolás Maquiavelo nace en 1469, en el seno de una vieja pero no aris tocrática familia florentina. Tiene una educación propia de alguien de su posición, destinado a ser un funcionario medio o un abogado de baja categoría, la studia humanitas : retórica, gra mática, historia, clásicos, derecho. A poco más puede aspirar.Pero la convulsa época ofre cerá ocasiones inusitadas, para quien aproveche el guiño de la fortuna. Su formación le permitirá acceder, como expresión de la voluntad de otros, al centro de la política. Florencia, en el esplendor del Quattrocento, es el rico hegemón de Toscana: sus telares, sus bancos, sus palacios y la relativa estabilidad política bajo el régimen de los Médicis, parecían elevarla en sus aspiraciones. Pocas ciudades de Occidente compiten con ella en la concentración de lujos y artistas Miguel Ángel, Leonardo, Boticelli que aún hoy definen su legado. Pero a finales del siglo, cuando el mundo europeo se asoma a dos extraordinarias revoluciones el descubrimiento de las Américas y la ruptura protestante con Roma Florencia vive una crisis existencial.Los adversarios de los Médicis contienden la prolongada hegemonía de esta familia en el centro del poder de una ciudad que guardaba sus fueros republicanos medievales entre sus connotados aristócratas. Y bajo el conflicto de élites que se asomaba bullía la tensión social entre los ottimati y los popolari : laneros, artesanos, campesinos y pisatarios dominados por un republicanismo conservador.Los contrastes sociales, obser vados por el joven Nicolás desde el llano, eran la base de la suntuosidad florentina, cuya posición la hacía deseable para las potencias que competían por influencia en la península italiana y el Mediterráneo: Francia, España, el Sacro Imperio. Las pequeñas entidades soberanas en que se dividía la región con la centrífuga de los Estados Pontificios, poder político y autoridad espiritual veían con ambivalente impotencia, resentida y obsequiosa esta presencia constante. Anhela Nicolás dar una lección a estos bárbaros.Todo esto confluye en el ascenso del fanático fraile do minico Girolamo Savonarola, encumbrado por el fervor masivo de los popolari y la mala conciencia de los gran di , quien emprendió una cruzada contra el irreverente humanismo y la nueva cultura, dominando políticamente la ciudad. La República Piagnona expulsa a los Médici, y se desatan las hogueras contra las vanidades.Sin ironía alguna, incapaz Savonarola de...

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