Los marcapasos de Lupe Rumazo

La obra Los marcapa sos, de Lupe Rumazo, viene a ser una coherente compilación de ensayos de revisión de lo latinoamericano. La creadora no duda a la hora de echar mano al enciclopedismo, al estructuralismo y al postestructuralismo, así como a planteamientos de gran sutileza cuando pone en perspectiva a Heráclito y al Orinoco. La pieza está diáfanamente estructurada en un conjunto de ensayos que en primera instancia abordan a Eugenio Espejo, al Poder Moral del Libertador, al pensamiento integracionista de la Doctrina Sucre y a Guayaquil. Luego la tonalidad cambia y asume un matiz comparativo al sumergirse en la atmósfera propia de Alfonso Rumazo González en relación con la problemática latina. Paulatinamente, la escritora va englobando y dando formas cada vez más precisas a sus primeras miradas de lo que serían las perspectivas de las figuras históricas ya mencionadas. Finalmente, Lupe Rumazo pasa al plano Desde América en el que toca temas de gran profundidad como el tópico de La violencia contra la mujer intelectual, las relaciones entre grupos hegemónicos y subalternos; así como su hipótesis del Intrarrealismo literario. La secuencia finaliza con una suerte de coda en la que se rinde homenaje a figuras como Alfredo Pareja Diezcanseco y Jorge Carrera Andrade. La culminación del trabajo, en tanto un cuerpo especular que se refleja ad infinitum, es una mirada de la autora a su propio cuerpo literario desde el discurso biográfico. La creadora es particular mente sensible a la hora de analizar los compendios de cartas que se le han atribuido a Manuela Sáenz y realiza una labor detectivesca al refutar textos forjados, no sólo desde lo caligráfico, sino también desde el tono, la inconsistencia de fechas y otros aspectos que conforman el ojo del detalle. Sin embargo, dar comienzo a este cuerpo con una relectura de Eugenio de Santa Cruz y Espejo no es arbitrario. En él la autora observa la polifonía y exuberancia del corpus de este personaje casi mítico en la dimensión de la americanidad. Rumazo señala lo heterogéneo de la cultura y no duda al sustentarse en Mijaíl Bajtin, Julia Kristeva o Roland Barthes. Incluso, el tono crítico del lenguaje tiene un cierto barroquismo. Queda entonces servida la mesa para entrar en la dimensión de lo bolivariano y la gestación de una identidad propia, no sólo a través del Libertador, sino también a través de Miranda y Sucre. Hay aquí una justa celebración de la concepción del Poder Moral planteado por Bolívar y...

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