La mirada parsimoniosa

Como ves, querido hermano, la fábrica de papel manchado JEM sigue en actividad, tal es la dedicatoria que Julio Miranda estampó en alguno de los varios libros suyos que tengo dedicados. Al principio parece frase de quien es fácil para el autosarcasmo, pero luego queda claro: es la declaración de una vocación. Todo lo leyó, todo lo anotó, en cuanto a cine y literatura resulta un arqueólogo abriéndose paso desde la novedad y el recuento; fijó, entre el compendio y la absoluta libertad del gusto, un estilo de crítica de registro, suma y dictamen a la vez.Cuáles serían sus impresio nes de hoy, seguiría fiel a su hábito de inventariador, tengo una única certeza: nada le sería indiferente. Aunque llevaría a su máxima potencia esa capacidad personalísima de sentenciar en un par de líneas lo incidental, lo aleatorio, esa producción sin genealogía, usual en épocas de mucha tinta y poca imaginación, carente de conflictos naturales. Ese papel manchado pudiera aplicarse, en su real sentido irónico, a la rutina editorial de estos días, sobre todo para una manera de política pública empeñada en producir escritores instalando imprentas. Así como los buhoneros y barrenderos se descubrieron aptos para ser médicos y abogados, cualquiera que asista a un acto cultural es candidato a autor. Pero nuestros libros de valoración, sentenciales, parecen haberse escrito al final de un período, no tanto observación forense como ajuste de una cultura la recensión tal vez ejercite al crítico pero no es lo que se espera de él, a menos que doctrina y juicio vayan de la mano.Tenemos una tradición que es más de grandes críticos que de oficio heurístico docente, aquella ha florecido al amparo del ensayo, sobre todo cuanto no cabe entre Filosofía de la composición Poe y Amor y muerte en la novela norteamericana Fieldler. Desde Motivos hispanoamericanos, 1931 Arroyo Lameda hasta Estu dios de literatura venezolana, 1941 Picón Salas, se ha tratado de balances concentrados en la tensión del pensamiento mismo de una cultura. Libros como Literatura de la tierra baldía Eduardo Gasca, Lecturas críticas Gustavo Díaz Solís, Proust Juan Nuño, Baudelaire Victoria de Stefa no, ya de ascendencia académica, de alguna manera tienen en aquellos, en su solvente aproximación al ecumenismo, un antecedente de esa potencia reductora propia de toda escritura de sanción, organizadora de sus propios riesgos.Jesús Semprum, Rafael Angarita Arvelo, Julio Miranda, Oscar Rodríguez Ortiz, por ejemplo...

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