Murió el dramaturgo Rodolfo Santana

El 21 de octubre es una fecha triste para el teatro venezolano. Ese día, pero de 1995, falleció José Ignacio Cabrujas. Ayer, coincidencialmente, murió Rodolfo Santana, otra fuente de relatos entrañables y personajes complejos. Santana, que hubiera cum plido 68 años de edad el jueves si la diabetes que padecía se lo hubiera permitido, se consideró siempre un escritor. De joven, creó relatos y novelas, se graduó de bachiller en Los Teques y comenzó estudios de Filosofía y Economía en la UCV, pero muy pronto comprendió que su camino era otro: el teatro. Nacido en Guarenas y criado en Petare, creó joyas como El animador 1972, La empresa perdona un momento de locura 1974 y Gracias José Gregorio Hernández y Virgen de Coromoto por los favores recibidos 1975, entre casi un centenar de piezas teatrales que han sido montadas no sólo en Venezuela sino en Europa y Latinoamérica. Una revisión a vuelo de pája ro en los archivos de El Nacio nal revela la proyección de su material. De Nueva York a Londres y de Estocolmo Suecia a Cádiz España o a Rosario Argentina. Son muchos los países y grupos teatrales que han encontrado en sus letras, inspiradas en problemas sociales de su país, un relato universal y enriquecedor. Dentro de mis trabajos hay una gran dosis de humor, dijo en una entrevista que fue publicada en el diario el 3 de agosto de 1986. Una de las características del pueblo venezolano es esa y para atraparlo en un teatro necesariamente se tiene que recurrir al humor. El venezolano rehúye los discursos explícitos; para clavarle un puñal espiritual hay que hacerlo reír y eso lo lleva a reflexionar. En esa misma conversación dijo: El arte de la memoria no es usado en la realidad actuante de...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR