É la nave va

Chiavari, septiembre 1930.!Andiamo mamma, la na ve parte!. El hijo apremia a la madre. Hay un océano que surcar. Calma hijo mío. El viaje es largo y la tarea dura. Recuerda quién eres: un hijo de Chiavari.Sí, madre. Pero la hora, el barco.... Que espere. Pero no puedes pasar hambre, tú no. Volveré mamma . Conquistaré esas tierras y volveré.La madre cierra la valija. Va en ella una lágrima. Un puñado de Génova y una ilusión confiada a una orilla lejana.Estas palabras son el abreboca del menú de invierno 2013 de Astrid y Gastón en Lima. La degustación comienza con la explicación de por qué se llama El Viaje y se resume en la travesía de un joven inmigrante italiano que sentó raíces en Perú y regresó a su tierra natal cuarenta años más tarde. Cinco capítulos describen ese recorrido culinario de Liguria al Callao con un prefacio aperitivo: Negroni de mandarina y maracuyá.La partida: último adiós con ojos llenos de lágrimas que se irán en una valija con productos de casa: pan, queso, mermelada; jamón con fruta; pescado salado, mascarpone, limón; antipasto de cebolla y alcachofa, y bombón baci salado de ave y avellanas.La travesía: días en el mar, la tierra originaria se pierde de vista, la desconocida aviva la imaginación. Tiempo para rememorar y soñar con los nuevos sabores. Tiempo entre el ayer y el mañana servido en tres momentos: alpaca atrapada en una pasta; terrina de cuy y mos tarda de frutas del Perú, y papa a la genovesa, leche de piñones, albahaca.La integración: tierra firme...

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