Niños especiales esperan por plantel desde hace dos años

La Escuela de Educación Especial Bolivariana Maquiritare, en San Bernardino, perdió el resplandor hace varios años. Los salones, el comedor y el pequeño patio que antes ambientaban el lugar fueron sustituidos por montañas de escombros y tierra removida.Con el fin de ampliar sus sa lones, desde hace dos años se ejecutan obras para rehabilitar la institución, que atiende a casi 70 niños con discapacidad motora, pero hasta la fecha ni una pared nueva se ha levantado.Los pocos trabajos que se han realizado quedaron paralizados hace tres semanas, a raíz de que el grupo de obreros de la construcción comenzara la discusión de su contrato colectivo, por lo que las esperanzas de las familias y de los docentes de contar este año con un colegio totalmente renovado han ido desapareciendo, afirmaron Edgar Machado, Nelly Aguilera y María Cerezo, representantes de la Federación Venezolana de Maestros.Mientras tanto, los alumnos de la institución, cuyas edades son de 7 a 16 años, recibieron clases, primero en una casa hogar en la misma cuadra, pero no se adaptaba a los requerimientos de los niños. Ahora son atendidos en el preescolar Jesús Niño, en Sarría, que tampoco cuenta con las condicio nes adecuadas y que comparten con estudiantes regulares, aseguró Machado.Un vigilante de la construc ción señaló que anteriormente el colegio contaba con un servicio de transporte de la Alcaldía Metropolitana para trasladar a los niños, que en su mayoría utilizaban sillas de ruedas y prótesis, hasta la estación del Metro de Bellas Artes, pero desde hace un par de años dejó de funcionar. La mudanza afecta a algunos padres y representantes, quienes deben movilizar a sus...

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