Nirgua luce preciosa y verde desde el aire

Volar sobre verdes Sabíamos que Nirgua se había convertido en un destino estelar para el vuelo de parapente. Entrevistamos a Ronald Mendoza, uno de los 15 pilotos que habita ahí, justo antes de la Primera Válida Nacional, realizada del 16 al 20 de noviembre pasado. Así que sólo faltaba ir. Nos citamos en la panadería La Panamericana, en toda la entrada del pueblo, antes de la redoma donde está la imagen de la Virgen de la Victoria del Prado de Talavera, patrona del lugar. Esa panadería es excelente, bien surtida, con charcutería, venta de hielo, arepera, sándwiches, bodegón, dulces y mesitas. Es tremendo dato para quienes anden por esos caminos. Abrieron en agosto de 2009 y se convirtieron en referencia. Prestan servicio todos los días desde las 6:00 am hasta las 10:00 pm. Sólo cierran el 1º de enero. De ahí salimos con Ronald y otro grupo de pilotos hasta el sitio de despegue Voladero Los Pinos. Es un camino lindísimo de tres kilómetros de tierra, pero en buenas condiciones bajo un extraordinario bosque de pinos, bastante más tupido de lo aconsejable. Es evidente que ha sido abandonado, ya no cortan ni organizan, y los pinos crecen donde cae la semilla. Nos cuentan que fue un proyecto de Conare para producir pulpa de papel y lo dejaron ahí. Afortunadamente, quedan los pinos que, aun cuando secan todo lo que intente crecer alrededor, crean un ambiente acogedor. Es un parque municipal, lo mantienen limpio y la visita que es poca lo cuida. Asegura Ronald que ha visto una familia de venados. Al final hay unos troncos para indicar que hasta ahí llegan los carros. Se abre una colina amplia, con gramita y una vista franca de todo el valle de Nirgua, con las siembras de naranjas, las granjas, las lomas, los verdes y los cielos limpios. Un buen sitio. Nirgua tiene una topografía ideal para volar. Es tan amplia que entra el aire limpio, lo cual lo hace muy seguro. Se puede volar todos los días y a toda hora. Hasta de noche con luna llena hemos volado, cuenta Mendoza, quien además es dueño de la Escuela de Parapente Falcos y fundador del Club de Vuelo Libre de Nirgua. Juan Carlos Artal fue el des cubridor del lugar. Andaba por esos predios buscando sitios para volar y llegó hasta la loma hace 10 años, aproximadamente. Sin embargo, se dice que hace 2 décadas despegó de allí un ícaro. Ofrecen vuelos tándem de 15 minutos o más, según lo que contrate el pasajero, con pilotos certificados. En esta ocasión volaron Arianna, mi única hija, y mi comadre Lía...

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