El ocho acostado

El símbolo escogido para representar lo infinito es . Por extensión literaria interpretamos que lo infinito, además de serlo, es también eterno y como tal lo asumimos. Sabemos qué quiere decir que algo es eterno o se eterniza, o que una determinada situación no se resuelva y sea objeto de enorme número de planes y propuestas de posibles soluciones que, por variadas, múltiples o inmenso número de consultas, al final no resuelvan el problema y continúe sin solución. Acercán dose cada vez más a los dos círculos pegados que representan al ocho tumbado: girando sin final en un circuito de soluciones inalcanzables. Quiero proponer que además de las ocho estrellas de nuestra bandera por las que se reclamó recientemente a la FIA, cuando ganó Pastor y el pueblo descubrió y vibró con ese deporte popular y de fácil acceso que es la Fórmula 1 y, por cierto, no reclamamos que pusieron la bandera cabeza abajo, se coloque en el medio, debajo del arco formado por las estrellas, el símbolo del infinito, el ocho acostado. Quedaría precioso, muy llamativo, muy estético, original y rompería un esquema más en la vida de los venezolanos, complementando el valor ético de nuestros símbolos. Posteriormente, y previo aporte económico de Pdvsa, se construirían múltiples circuitos en forma de ocho, para carting, motos y carros de carrera de las distintas fórmulas. Seríamos inmediatamente reconocidos como un país único, eterno e infinito. Sí, así es. Eterno e infinito. To do aquí es así. En...

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