Odiar a los civiles

  1. E n el programa de lavado masivo de cerebros que el cha vismo emprendió en 1998 a través de su refinado aparato proselitista, uno de los esfuerzos mayores, donde más cajas de detergente han gastado, ha sido en la tarea de intentar denigrar y difamar a los grandes líderes civiles que construyeron la democracia en el siglo XX.Son tres operaciones de lavado, secado y planchado de neuronas que van juntas. Una, denigrar de los líderes civiles mostrándolos como esperpentos amorales. Dos, adorar hasta donde el fanatismo y la cursilería aguante la figura militar de los fundadores de la nacionalidad, eso que pomposamente llaman los próceres de la patria; y tres, honrar a uno que otro civil, siempre y cuando este haya estado en las filas reales o imaginarias de la lucha guerrillera contra la democracia en la década de los años sesenta.II. En el caso de Rómulo Betancourt la operación ha sido más que evidente. Betancourt les irrita. Les genera salpullidos y regresiones satánicas. Hugo Chávez lo envidiaba y no pudo ocultar la inmensa satisfacción que le produjo ordenar la eliminación del nombre de Rómulo Betancourt en el Parque del Este para sustituirlo por el originalísimo Francisco de Miranda.El autor de Venezuela, política y petróleo se convirtió, como Leopoldo López, en una obsesión para el teniente coronel. No le perdonaba que en su gobierno pionero de la democracia, don Rómulo hubiese derrotado simultáneamente, de un lado, al clan de militares golpistas latinoamericanos que con Trujillo al frente intentó asesinarlo; y del otro, a la guerrilla marxista impulsada desde Cuba, a la que sacó del juego militar e ideológicamente. Las dos caras de Hugo Chávez, la de militar golpista y la de agente de Cuba en Venezuela, no perdonaban aquellas derrotas.III. Con Rómulo Gallegos el ataque ha sido menos directo pero igualmente implacable. Hugo Chávez en persona lo inició tratando de minar el prestigio bien ganado del Premio Internacional de Novela que llevaba el nombre de nuestro gran novelista. Un premio que se hizo referencia mundial desde sus primeras ediciones cuando, premonitoriamente, lo ganaron Vargas Llosa y García Márquez, décadas después flamantes premios Nobel. Hugo Chávez rompió con una tradición que todos los...

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