La cultura del odio no construye, sino más bien descapitaliza

María Elena Ramos, ex directora del Museo de Bellas Artes y autora del libro La cultura bajo acoso Artesano Editores, define las instituciones culturales como espacios de conciliación.Lo creyó incluso cuando su nombre fue leído en la lista de personalidades destituidas en 2001, en un proceso conocido como la revolución cultural.Una década después, apuesta de nuevo por el humanismo como vía para reflexionar sobre el país que toca construir.--En el libro aboga por la cultura como mediadora.¿Por qué ésta no cumplió su papel en los últimos 14 años? --Cuando digo que la cultura es mediadora lo hago en el sentido más general, de su deber ser, una característica natural del talante de la gente del sector. Un ejemplo: la capacidad de reunir elementos diferentes dentro de una misma obra, integrarlos, mediar y producir una armonía entre las cosas a veces más extremas es una de las características naturales del acto creador de un libro o de una pintura.Eso dejando de lado la tendencia de poner de acuerdo a personajes con ideas diferentes. Creo que más bien en estos años no se ha dado, al menos desde la institucionalidad cultural estadal, una función mediadora de la cul tura como debería haber sido.Al contrario, ésta ha colaborado en la polarización. Creo que esa es una de las cosas más tristes. Ese papel mediador debería retomarse en algún momento, esté quien esté en el Gobierno. Este es un momento que significa un quiebre de alguna naturaleza.No tenemos ya al presidente que estaba. Va a haber otro, el cual no sabemos de cuál línea va a ser. Pero es un momento en el que al país se le sirve la mesa para abrir un diálogo y reflexionar sobre las rupturas, división, polarización y enemistad entre la gente. La cultura del odio no construye, sino más bien descapitaliza.--Da la impresión de que el país ha estado atrapado en un ciclo de dos décadas de pases de factura continuos en el sector cultural. --Siento que más que pases de factura entre una gestión y otra, es algo más grave lo que ocurre en Venezuela y no tiene que ver solamente con la cultura. Eso es lo que en el libro llamo el síndrome de Sísifo. Ese ensayo está basado en un mito de la historia antigua: el personaje que tenía que subir la piedra hasta lo más alto de la cima y cuando está arriba, cuando ha construido tanto, cuando ha luchado y se ha esforzado, la piedra vuelve a caer y la maldición es que él la tiene que volver a subir eternamente.Creo que lo que ocurre en el país está marcado por esa...

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