Traición en el orden del día

Es cierto que la tríada que nos gobierna ha preferido aplazar sus hondas diferencias con tal de presentarse monolíticamente ante propios y ajenos y transmitir al país una sensación de fortaleza. En efecto, Maduro, Cabello y Ramírez se reparten la torta del poder que comparten con el liderazgo cubano esperando que al esforzarse por convivir con sus enemistades y cuestionamientos mutuos podrán mantener firme el bastón de mando frente a una sociedad que se torna más rebelde, e ingobernable.Con lo que no contaban ninguno de los tres es con el elemento espontáneo de la traición de sus detractores internos que se manifiesta en un contacto, aún soterrado, con las bien aglutinadas fuerzas políticas de la MUD. Ha crecido el sentimiento de que si desde dentro no es posible hacer nada para exponer a la luz pública los destrozos morales y materiales que se experimentan en las instituciones y el gobierno, es necesario dar buen uso a las interioridades de que se dispone para que otros se encarguen de hacer justicia y de detener el desmoronamiento revolucionario y de rescatar lo que queda de país.Es que dentro de las filas rojas y en el seno del Gobierno hay numerosos elementos de protuberante descontento que, con el correr del tiempo, se han torna do insostenibles. ¿Quién quiere estar asociado o haber sido cercano observador o tácito cómplice de las tropelías de los funcionarios, los hechos de corrupción, el manejo doloso de los dineros públicos, el inadecuado uso de la justicia y del poder, la compra de conciencias o la misma traición a la patria como en el caso de la...

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