Patrimonio merideño en declive

Como historiador y crítico de arte, formado inicialmente en la Universidad de los Andes, no he podido sino lamentar la situación vergonzosa en que se encuentran numerosos monumentos públicos, así como preguntarme qué se hicieron otros que antes distinguían algunos sectores muy concurridos de la ciudad andina. Mérida, durante el siglo XX, tuvo el privilegio único de la provincia de contar con dos estatuarios muy activos en épocas sucesivas. El primero, de origen colombiano, Marcos León Mariño, que además de escultor fue pintor y fotógrafo, y cuya obra ha sido reseñada y estudiada por Irlanda Chalbaud Zerpa. A partir de la segunda mitad del siglo XX, le sucede en la tarea el gaditano Manuel de la Fuente. Juntos, creo, son autores de la mayor cantidad de estatuas y bustos ubicados en una sola ciudad. Tengo la sospecha de que Mérida es la ciudad de Venezuela con mayor densidad escultórica: parque de los escritores, de los poetas, estatuas a rectores u obispos, hasta al Papa; al ingeniero Bosetti, a Mujica Millán, ambos edificadores de importantes palacios Arzobispal y de Gobierno, respectivamente. Pero el signo de los tiempos revolucionarios últimos es la desaparición de algunas de estas estatuas que incomodan a las nuevas autoridades. Sin duda, una de sus esculturas más queridas por la población es la correspondiente a la India Tibisay, ubicada a la entrada del Parque de los Chorros de Milla, de los años sesenta, creada por Manuel de la Fuente con una sensualidad que deja a la cartagenera India Catalina como niña de pecho. Su existencia y conservación, si bien ahora en medio del tráfico automovilístico, repara en algo la pérdida de la estatua de la Aguadora, de León Mariño, originalmente ubicada en la zona actual del Parque Glorias Patrias, y hecha en los años treinta. Esa Aguadora era llamada por el pueblo la India, quizás porque llevaba el torso desnudo, mientras vertía el agua de su cántaro. Otras dos obras de Marcos León Mariño fueron, simplemente, víctimas del vandalismo moderno del metal en 1992: los medallones en bronce con los altorelieves de Bolívar y Humboldt, obsequio de la colonia alemana en 1930. De Manuel de la Fuente es la célebre Luz Caraballo, la loca poetizada por Andrés Eloy Blanco, en pleno páramo de Muchuchíes y parada casi obligada de muchas familias en plan de turismo. Pero habría que preguntarse, ¿qué se hizo la estatua ecuestre del fundador de Mérida, el caballero de la capa roja Juan Rodríguez Suárez, quien fuera...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR