Periodismo en Colombia se adapta a las nuevas formas del conflicto

El secuestro del periodista francés Roméo Langlois, en manos de las FARC desde el pasado 28 de abril, ocurrió en circunstancias que resultan comunes para aquellos que cubren el conflicto armado interno colombiano. No se trata de que el reportero asumiera más riesgos de lo debido, sino de que estaba cumpliendo con su trabajo y en el ínterin se presentó una emboscada que lo dejó en medio de la línea de fuego. Mala suerte, dicen sus colegas. El Frente 15 de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia emitió un comunicado a través del cual confirma que tienen como prisionero de guerra, al colaborador de Le Figaro y corresponsal de France 24. Langlois trabajaba en un documental sobre la lucha antinarcóticos en la zona rural del Caquetá, en plena selva colombiana, cuando se presentó el combate. Fue herido en un brazo y quedó en manos de los guerrilleros. Nina Negrón, jefe de redacción de la agencia de noticias AFP en Colombia y Ecuador, considera que el suceso ha podido ocurrirle a cualquiera que trabaje para informar sobre el conflicto. Explica que siempre que el periodista salga a hacer su trabajo, a buscar las historias en los lugares donde la gente está sufriendo las consecuencias de los enfrentamientos entre actores que se disputan el poder de los territorios, corre el riesgo de convertirse en víctima. "Muchas cosas han cambiado en los últimos 15 años. Antes había acceso a los jefes guerrilleros y paramilitares. Ahora los paramilitares de desmovilizaron, los rezagados se convirtieron en bandas criminales y los líderes de las FARC y el ELN se adentraron en la selva. Lo que nos queda es informar con base en partes militares (estadísticas) y salir de Bogotá a buscar los testimonios de las miles de personas que padecen los resultados de esas luchas de poder. Y ahí también hay riesgo para el periodista que va en busca de un caso, y para el protagonista que se atreve a contarlo", relata Negrón. Para la periodista María Teresa Ronderos, quién participó en la elaboración del Manual Para Cubrir la Guerra y la Paz, dirigido a los reporteros colombianos, las recomendaciones generales que se hacen a los profesionales de la comunicación es no ir a una zona en la que no se cuente con el apoyo de personas del lugar que sean independientes de las partes en conflicto.

Pero, ante las críticas a los periodistas que se adentran en lugares peligrosos, Ronderos asevera que "una de las maneras de ser irresponsable es no informar. Uno como periodista tiene que...

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