Periodismo: profesión de riesgo

La libertad de prensa retrocede en el mundo. Periodistas censurados, detenidos, aco sados, torturados, asesinados. La información se ha convertido en un material peligroso para los regímenes autoritarios. Informar es, en muchos países, una profesión de alto riesgo. Esta tendencia se ha agudizado como consecuencia de la llamada Primavera Árabe. Gobiernos como los de Egipto, Siria o Libia han bloqueado Internet y las redes sociales, que actuaron de espoleta en aquella ola de reivindicaciones democráticas. Reporteros sin Fronteras pin ta un negro panorama del estado de la prensa en el mundo. Las estadísticas son demoledoras: 66 periodistas asesinados cuentan sólo los casos en los que RSF ha establecido claramente que la víctima fue asesinada por sus actividades como periodista, 174 encarcelados y más de 1.000 detenidos mientras ejercían su trabajo. En 2011 hubo más muertos, más exiliados y más secuestrados, dice Malén Aznárez, presidenta de la organización en España. La frase en las inundacio nes, lo primero que falta es agua se puede trasladar al periodismo: cuando el río de la información nos arrasa, hace falta más que nunca el periodista que interprete. Y este es un ejercicio que está en peligro en todo el mundo. El periodista marroquí Aboubakr Jamaï lo sabe bien. Ha sufrido la censura en carne propia. Fundador del semana rio Le Nouvel Hebdomadaire, tuvo que cerrar la publicación en 2011. El Gobierno le impuso una multa de 290.000 euros, que no pudo pagar, y se vio obligado a salir de su país. Asegura que la libertad de prensa ha sido prácticamente asesinada en Marruecos. El Gobierno utiliza tácticas, como la difamación y el boicot publicitario a los medios incómodos, para asfixiarlos, dice. ¿De dónde viene ese boicot? Otros países, como Siria, ha cen todo lo posible por evitar que los periodistas vean y cuenten lo que ocurre dentro de sus fronteras. El acceso a los periodistas está vetado. El Gobierno no quiere testigos. Después de un mes he conseguido entrar de forma clandestina y de la mano de contrabandistas. No tenemos ningún tipo de protección. Corremos los mismos riesgos que la población local. Aunque los que más sufren son los camarógrafos. A uno de ellos, las milicias del régimen le arrancaron los ojos. Ahora es un mártir al que todos llaman `Los ojos de la verdad? y es un ejemplo para muchos otros reporteros gráficos, señala Mayte Carrasco, que ha cubierto como freelance guerras en Afganistán, Libia y Georgia. El exilio ha sido...

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