Su propio chivo expiatorio

No hay lugar en el mundo por el que uno pase donde al señalar que uno es ve nezolano el interlocutor no lo mire a uno a la cara con cierto asombro compasivo y media sonrisa burlona para inmediatamente lanzar la pregunta: ¿Y cómo está Maduro?, ¿cómo está el pajarito?. La mayoría agrega: La están pasando mal allí, eh. Maduro se ha convertido y pasará a la posteridad como el gobernante incapaz de resolver los problemas del país, por lo que la sonrisa y el asombro tienen mucho que ver con otra pregunta que solo algu nos hacen: ¿Y por qué ustedes han aceptado ser gobernados por un señor así?. Yo nunca sé cómo responder. Me avergüenza. Lo que sí está claro es que Nicolás Maduro se ha convertido en el chivo expiatorio de la revolución bolivariana, en el causante de todos los males de Venezuela, en el responsable de haber llegado al foso inexplicable en el que hemos caído.La historia le paga, así, con la misma moneda que Maduro ha hecho circular durante todos los años de su mandato: la culpabilidad del otro, el locus externo de control. Pero la verdad es que Maduro no ha hecho más que cumplir y seguir el guion que le entregaron Hugo Chávez y los Castro. Su fracaso no es un fracaso personal, es el fracaso de un modelo de sociedad, el descalabro de una visión del ser humano que pretenden ahora endilgarle a un hombre iletrado y simplón fascinado por la magia de Mefistófeles.El proyecto de dominación y las...

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