Quién manda a quién

Hay frases que con el tiempo van adquiriendo mayor resplandor y logran alcanzar su significado más perfecto. Tal vez se pronuncian antes de lo esperado y necesitan que, con el paso de los años, la realidad les de finalmente el sentido que merecen. Yo no creo en ningún partido, ni siquiera en el mío. Yo creo en los militares, que es dónde me formé. Se lo dijo Hugo Chávez a Luis Ugalde, según cuenta el sacerdote, pocos meses después de ganar la presidencia por primera vez. Es una sentencia que parece un latigazo. No permite matices. Chávez la ejerció sin pudor y con frecuencia. Pero nunca fue tan exacta como ahora. Hoy Chávez está muerto pero esas frases están más vivas que nunca.La realidad nos ofrece cada día más ejemplos. Es ta semana, a punta de golpes y gases, los militares liquidaron una manifestación de obreros organizados que exigían reivindicaciones sociales.Hubo heridos y presos. A la hora de ser liberados, los detenidos estaban desnudos. Los soldados los habían dejado sin ropa. Parece una escena sacada de una película de finales del siglo pasado, cuando los funcionarios de hoy eran cineastas y querían denunciar los abusos de un poder excluyente y autoritario. Ahora, con Alí Primera como música de fondo, se reprime más y mejor. La militarización de cualquier protesta ya es parte de nuestra nueva normalidad.No es casual que, en medio de una crisis económi ca ya certificada incluso por los chinos, el gobierno anuncie nuevas inversiones en armamento militar y en equipo especial para disipar y castigar severamente a los terroristas. A esto hay que sumar, además, el decreto presidencial que estableció la creación de la Brigada Especial contra las Actuaciones de los Grupos Generadores de Violencia BEGV, un organismo privilegiado, que puede actuar en solitario y sin rendir cuentas, que tiene permitido todo a cuenta de neutralizar a los enemigos de la patria. La institucionalización de la violencia es otra forma de repetir lo peor del pasado.Más ejemplos: la nueva figura del patriota coope rante, un delator anónimo que puede, en cualquier momento, funcionar como testigo inexpugnable o como evidencia contundente para...

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