Un regreso a los clásicos de Margarita

Soy una perseguidora de los clásicos cuando voy a Margarita. Me emociona que conserven el abolengo, los sabores, la atención, los cocineros y hasta los mesoneros. En un país donde todo el mundo se desmoña por los sitios de moda, así atiendan horrible y la comida sea deplorable y costosa, es una dicha volver al lugar de siempre y conseguirlo estupendo. Tal como encontrarse con viejos amigos.Así que compartiré parte de la gira que hice hace poco, junto a Inés, mi hermana, la historiadora, la sabia, para transmitir La Guarandinga por el Circuito Onda.En Conejeros me fascina de sayunar. Voy de tarantín en tarantín probando empanadas, pido un jugo bien resuelto y camino por el lugar. No me pongo creativa. Empanadas de cazón por el guiso y el picante, y empanadas de queso por el recuerdo infantil. En Macanao paso por el Museo Marino, el más digno, noble y bien montado de la isla. Fascinante ver las réplicas de las embarcaciones margariteñas y la exposición de Cubagua. Luego tengo que comer tortilla de erizos, pescado oreao o pastel de chucho en Boca del Río, en el restaurante de La Negra. Básico, desordenado, pero suculento.Lo mejor es llamarla si tienen apuro, pues todo lo hace en el momento.En Porlamar procuro comer la pasta vóngole y el torito en El Gambero Rosso. Mucha gente en el almuerzo, menos en la cena. Me gusta la terraza en la noche y el comedor al mediodía. Deliro por las alcachofas rellenas de camarones y las pastas de Gaia. Estuve dichosa al saber que regresó la Nena Raphael con La Pimienta Bistró: chupe de camarones, torticas de ocumo, enrollados de plátano con queso, las cremas de espárrago o remolacha y los postres de siempre. En La Casa de Rubén es una divinidad conversar con él y comer su pastel de chucho y su ensalada de tomate margariteño, o cualquier pescado que ofrezca.Supe que regresó Gaby a Casa Caranta. Sólo su regreso me convence de volver. Lo tengo pendiente para la próxima.En las mañanas, antes de ins talarse en la playa, la visita de rigor es a la placita El Salado para comer las arepas de los Hermanos Moya. Tengo mi estrategia. Pido primero la de cazón, pecorino, aceite de oliva y aguacate, pero les digo que me la den con la mitad del relleno. Es la única forma de comerme dos. La otra puede ser de pernil, huevo con chorizo o chucho cuando tienen. Si han hecho pastel de chucho, pido probar un pedacito. Los jugos son perfectos. El café es el único del país que hacen con leche en polvo. Me encanta. La Casa de Esther...

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