¿Sí podemos?

Es muy doloroso reconocerlo, pero vamos derecho al descalabro nacional. Nada significativo se hará desde el gobierno para evitarlo; tampoco lo puede hacer la oposición y parece extremadamente difícil que prevalezcan el realismo, el instinto de supervivencia y la sensatez en actores decisivos de ambos lados a fin de lograr un aterrizaje de emergencia evitando que se estrelle el avión nacional, para luego juntos lograr que vuelva a levantar vuelo, democrática y socialmente. ¿Somos hoy los venezolanos capaces de llegar a acuerdos imprescindibles para no estrellarnos? ¿Esta sociedad y los médicos en cuyas manos se ha puesto son capaces de decirse la cruda y dura verdad sobre su enfermedad y someterse a la cirugía de emergencia para cortar y salvar la vida e iniciar un tratamiento más largo y coherente? Estamos hablando de aterrizaje civil pues en el actual dominio lo militar es parte central de la enfermedad y de un proceso en el que es necesaria la participación civilista y democrática de la Fuerza Armada.Estos momentos, de tanta an gustia nacional y tanto cinismo gubernamental, dedicado a negar la realidad de su fracaso e inventar enemigos, causas externas y guerras o simplemente a contar cuentos de hadas predicando éxitos falsos, ocultando monstruosas corrupciones, son también propicios para el desánimo y el fatalismo casi determinista: los venezolanos no podemos controlar este avión en caída libre y solo queda cerrar los ojos y rezar. Lo que no es verdad y mucho menos es la solución. Los venezolanos podemos y debemos evitar la catástrofe y para ello por encima de todo hace falta sinceración y realismo.A la muerte de Gómez parecía imposible que el ala gomecista más dictatorial y armada pudiera ser derrotada Y era impensable que el ministro de la Defensa López Contreras tuviera la decisión, la inteligencia, el instinto de conservación y la astucia para hacerlo y para llamar del exilio y de la oposición interna a hombres claves para su gabinete y para el sorprendente Programa de Febrero.Asombroso. Aunque después se dieran frenazos y retrocesos, en definitiva se avanzó hacia la democracia, sin violencia mayor y sin guerra civil. Tenemos otros casos como el salto del plebiscito dictatorial de diciembre de 1957 al democrático 23 de Enero del mes siguiente. Ahora también podremos, si cuanto antes reconocemos el dramático dilema que vive el país en el cual no hay salida sin realismo, sinceración y cambios de fondo.La base del problema es econó...

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