La seguridad ciudadana también es vinotinto

Con el secuestro del grandeliga Wilson Ramos Âque tuvo feliz desenlace Venezuela volvió a ser foco de la atención pública internacional por la grave situación de inseguridad ciudadana que atraviesa. Otro plagio, el de los hermanos Faddoul en 2006, fue un punto de inflexión que originó el camino para la reforma policial, según Mónica Fernández una iniciativa en la que no existe politización que impida el trabajo mancomunado de Gobierno, sociedad civil y expertos extranjeros. Esto lo tiene que reconocer la oposición, dijo. El efecto del caso de Ramos todavía no se ha medido, pero el asunto prueba que es un punto de unión del país. La seguridad ciudadana también es vinotinto, hay que trabajar en conjunto para que así sea, dice Fernández, que en 2008 fue también víctima de un secuestro. El modelo de la Comisión Desarme es un modelo país que apenas se está iniciando y que va por buen camino. Eso lo debe saber el país. --¿Qué le dice el reciente pla gio del pelotero Wilson Ramos de la situación del secuestro en Venezuela? ¿Un venezolano más que cayó en una estadística fatídica? --Hay que ser responsable en opinar. No sabemos el móvil o si fue un hecho organizado. Claramente el alto perfil internacional de Ramos hizo que la noticia tuviera un doble impacto: en el país y en el extranjero. No podemos tipificarlo dentro de los modos de secuestro más frecuentes, como el express, que dura un determinado número de horas. --¿Cómo ve la industria del secuestro de Venezuela, comparativamente con otros países de América Latina? --Nos estamos pareciendo mucho a la Colombia de los años ochenta y al México de los noventa, donde hubo un gran quiebre de las instituciones. En Colombia se debía a la guerrilla y el paramilitarismo, con lo cual el secuestro era mayormente político. En México se debió a la penetración del narcotráfico. En Venezuela es una delincuencia organizada sustentada en la corrupción y la impunidad, fácilmente penetrables en el futuro por el narcotráfico u otras estructuras criminales. --¿Cómo contrasta esta situación con la Ley Contra el Secuestro y Extorsión, que tiene dos años en vigencia? ¿Qué efecto ha tenido? --En América Latina uno de los grandes problemas es creer que una ley derrotará el delito. En Derecho eso se llama el fenómeno inflacionario. En el caso de la Ley Contra el Secuestro y la Extorsión es uno más de leyes sancionadas con poco impacto. Otro ejemplo es la reforma del Código Penal para aumentar la pena por el porte ilícito...

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