Los sindicatos venezolanos chocan con el gobierno de Nicolás Maduro

CIUDAD GUAYANA, VenezuelaLos trabajadores de la cavernosa planta de acero de Sidor en esta ciudad protestan desde hace semanas contra los retrasos en las negociaciones de un contrato laboral y despotrican contra una gerencia que consideran inepta. Pero el blanco de su ira no es un dueño privado en busca de ganancias.Al contrario, es el gobierno socialista, que nacionalizó Sidor en 2008 como parte de la campaña del entonces presidente Hugo Chávez para fortalecer a la clase obrera frente a lo que tildaba de capitalismo salvaje.El Estado es el nuevo gran jefe y se ha quedado con todo, incluidos los derechos de los trabajadores, dice Leonel Grisett, un líder sindical de Sidor que ha sido arrestado por encabezar protestas.Maduro, quien sucedió a Chávez hace 17 meses, tiene problemas para contener una crisis económica caracterizada por una inflación anualizada que supera 60%, una escasez extendida a toda clase de artículos desde papel higiénico hasta aceite de cocina, y un sector privado que según Coindustria, el mayor grupo que representa a las empresas manufactureras, se está reduciendo.Maduro también enfrenta un bloque poderoso, el sindicalismo organizado, que lo desafía cada vez más con huelgas.Muchos trabajadores se vol vieron en contra de una piedra fundacional de la revolución autoproclamada del gobierno: la nacionalización de cientos de empresas privadas. Desde plantas de fertilizantes hasta embotelladoras de leche y fundiciones, muchas compañías nacionalizadas están en mal estado, según economistas y trabajadores.Llamados a los ministerios de Comunicación e Información y de Industrias de Venezuela no fueron devueltos. Pero en sus discursos, Maduro a menudo ataca al capitalismo de libre mercado y elogia la intervención estatal.La revolución de Chávez tuvo cosas extraordinarias, afirma José Clemente Tata, el director designado por el Estado para integrar la junta directiva de Sidor, o Siderúrgica del Orinoco. Los trabajadores no tenían seguridad laboral, eran una clase oprimida. Ahora, el Estado los trata con responsabilidad, insiste.Sin embargo, en Ciudad Gua yana, una metrópolis venida abajo de 900.000 habitantes en las planicies orientales del país, que en su momento fue el centro de la industria venezolana, muchos de los 14.000 trabajadores de Sidor dicen que sus contratos vencieron y que el gobierno envía tropas cuando protestan. Se han quejado por tener un salario mensual promedio de unos US$200, que no se mantiene a la par de la...

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