Hay más socialismo en los carritos de perros calientes

Eduardo Samán, ex ministro de Comercio, se sienta frente al local donde se inauguró en diciembre de 2009 la primera arepera socialista de Caracas, en la escalera que conduce al pasadizo subterráneo de la avenida Bolívar, entre Bellas Artes y Parque Central. Mientras habla de lo que fue el proyecto original de estos establecimientos, no falta quien le salude y le diga: Compatriota, hace falta que vuelva al Gobierno. Cuando el comandante diga, responde él. A pocos metros, la puerta de la arepera permanece cerrada por remodelación. En la calle, un camión convertido en restaurante móvil despacha las arepas como si se tratara de una franquicia, idea que para Samán es contraria al socialismo y una vil copia de un modelo de negocio capitalista que, a su entender, ha fracasado. --Durante su gestión en el Ministerio de Comercio se impulsó la idea del comercio socialista con las areperas. ¿Cómo evalúa los cambios que se han hecho? --Había una necesidad de crear comercios socialistas. El sistema de distribución de alimentos estaba totalmente en manos privadas y lo único que existía era Pdval y Mercal, y ambos incipientes. Era necesario encadenar la producción socialista para que los bienes llegaran directo a las personas. Se adelantaron varias iniciativas, como por ejemplo Comerso, para tener una red de tiendas en las que se incluían los supermercados Cada y Éxito, ahora Abastos Bicentenario. El objetivo era un comercio socialista que iba a servir para regular los precios, porque al vender más barato alimentos, electrodomésticos y ropa, se forzaban hacia abajo los precios en los locales privados. Se quería combatir y neutralizar la especulación. --Con la arepera se anunció la creación de una red de farmacias, tiendas de ropa, venta de cauchos, concesionarios. ¿Eso fracasó? --Llegamos a abrir varias tiendas del Alba y reactivar mercados populares. Nosotros iniciamos esos proyectos sin contar con presupuesto. Se crearon dos caucheras, que ahora están cerradas, en locales que nos cedieron. Igual sucedió con la primera arepera en Parque Central, que se concibió como un centro de formación. Un cable que envió la Embajada de Estados Unidos en Caracas al Departamento de Estado, revelado por Wikileaks, reseña muy bien el objetivo ideológico de este negocio. El despacho titulaba: Haciendo el socialismo más fácil de tragar. La embajada recogió la esencia de la arepera socialista y lamentablemente los ministros que me reemplazaron no llegaron a entenderla. Sólo...

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